El psicólogo español explora cómo la infancia, el cuerpo y el miedo revelan claves para liderar la vida propia.
“Uno no puede aportar felicidad, estabilidad, energía, estructura si no las tiene en sí mismo; no puedes llevar a nadie a ningún lado donde tú no estés. Así de prioritario es amarse uno mismo”. Con esta afirmación, el psicólogo especializado en gestión emocional y procesos de cambio Víctor Villalobos resume lo que para él es el punto de partida de todo liderazgo auténtico: el viaje hacia uno mismo.
No se trata, dice, de fórmulas externas ni de frases inspiracionales sin sustancia. Su propuesta es más profunda: mirar adentro, tocar las propias heridas y, desde ahí, reconstruirse a plenitud.
El próximo 22 de agosto, en la Ciudad de México, Villalobos presentará “La llamada del héroe: descubre tu valor”, una conferencia que busca reconectar al público con su propósito vital. Lejos de una charla motivacional, el evento se plantea como una experiencia transformadora, una travesía emocional y espiritual guiada por un profesional que ha hecho del cambio su vocación.
Creador del método LEC (liderazgo emocional consciente) y autor del libro Los 7 pasos del cambio, Villalobos ha acompañado a miles de personas en procesos de sanación emocional, desde sus consultas individuales hasta una comunidad en línea que hoy se extiende por varios continentes. Su enfoque combina psicología, espiritualidad, cuerpo, historia familiar y otras herramientas prácticas con un único propósito: reconectar con lo esencial.
“Muchas personas viven como si fueran actores secundarios en su propia vida”, dice.
“Lo que busco con este trabajo es que vuelvan a ocupar el papel principal. Que recuerden su valor, que se permitan fracasar, sentir, elegir diferente, y vivir con coherencia hasta el último día de su vida”.
La historia personal de Villalobos comenzó en las aulas de primaria, donde trabajó como maestro antes de formarse como psicólogo. En ese entorno descubrió la fuerza de la gestión emocional como herramienta para desbloquear el aprendizaje y mejorar el bienestar no solo de los niños, sino también de sus familias.
“Si no se gestionaba la parte emocional, difícilmente se avanzaba en ningún otro sentido”, recuerda. Así, la experiencia lo llevó a buscar respuestas en la programación neurolingüística, la espiritualidad y otras disciplinas que luego integraría en su propio enfoque terapéutico.
En ese sentido, revela que uno de sus aprendizajes clave es que trabajar con niños resulta más sencillo que con adultos: “Ellos tienen menos filtros, menos desarrollo del ego”. La inocencia de los pequeños permite que se abran al cambio con facilidad, mientras que los adultos suelen defender su mundo interno con estrategias sutiles y sofisticadas, pues “tienen muchas herramientas para boicotearse a sí mismos”.

“LOS ESTADOS EMOCIONALES TRAEN UN MENSAJE DE TRANSFORMACIÓN”
Graduado en Psicología en la Universitat Oberta de Catalunya y Magisterio por la Universidad de Barcelona, donde también estudió Ciencias de la Educación, Villalobos insiste en que el liderazgo empieza por uno mismo. En ese tenor, revela, la clave está en recordar una lógica muy simple pero poderosa: “Igual que en un avión te piden ponerte la mascarilla de oxígeno antes de ayudar al otro, también en la vida uno no puede dar lo que no tiene. Es lo mismo: no puedes llevar a nadie a ningún lado donde tú no estés”.
A ese respecto, expone que su método de liderazgo emocional consciente (LEC) parte de un principio claro: las emociones difíciles no son enemigas, sino mensajeras. Explica: “Los estados emocionales que me invaden o me secuestran traen un mensaje de transformación. La gente lo que hace es intentar tapar sus estados emocionales y evitar el camino hacia dentro porque este puede llevarte a cualquier lugar y espacio. Entonces, en mi trabajo lo que hacemos es escuchar el cuerpo, aquello que nos disgusta o estresa, y a partir de ahí leer dónde se estructuró ese sentimiento, en qué momento y en qué lugar, y elegir un camino diferente para construir un futuro distinto”.
El enfoque que promueve es holístico y multidisciplinario: combina trabajo con la infancia, análisis de creencias, estudio de arquetipos de personalidad, herramientas de visualización, manejo del estrés y exploración transgeneracional. “Cuanto más puedas ver, más fácil será salir de ese secuestro emocional”, dice entrevistado por NW Noticias. Por eso su práctica incluye tanto sesiones individuales como una membresía en línea donde imparte clases semanales y mantiene contacto directo con los participantes.
El contacto con personas de todo el mundo le ha enseñado una lección invaluable:
“El ser humano es maravilloso; hay buenas personas en todos lados, a veces solo falta comunicación. Cuando el miedo gana, se convierte en ataque. Por eso trabajo la asertividad, para que cada uno pueda posicionarse en su vida, en su familia, en su sociedad”.
Eso es precisamente lo que buscará lograr el 22 de agosto en su conferencia en Ciudad de México, tras la cual habrá otra en Orlando, Florida, un par de días después.
Más que brindar respuestas, su objetivo es devolverle a cada persona el protagonismo de su propia historia, para lo cual propone una pregunta reveladora: “Si tu vida fuera una película ¿serías el protagonista o un actor secundario? Lo que quiero es que las personas se den cuenta de su valor y que se reencuentren con la vida —concluye—. Que vivan, desde los años que tengan hasta el final de sus días, lo más plenos posible”. N