El presidente mexicano Enrique Peña Nieto pidió al Senado abrir la Ley de Seguridad Interior a una discusión en la que participen organismos de la sociedad civil que ven en la iniciativa una manera de normalizar la presencia de las Fuerzas Armadas en las tareas policiales.
“Hago un llamado al Senado de la República para que amplíe los espacios de diálogo, de acercamiento con las distintas organizaciones de la sociedad civil para escuchar todas las voces”, dijo el mandatario al entregar el Premio Nacional de Derechos Humanos 2017, el cual recibió a Miguel Álvarez Gándara.
El exhorto de Peña Nieto a un debate en el que participen los detractores de esta polémica legislación se da a días de que el Alto Comisionado de la ONU en Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CNDH) alertaran sobre el contenido de la iniciativa.
El presidente mexicano dijo que aunque hay retos en las instituciones a nivel local para garantizar el respeto a los derechos humanos, enfatizó que ha habido avances en esa materia como la promulgación de la ley contra la desaparición forzada.
En el mismo evento, el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Luis Raúl González Pérez, aseguró que la Ley de Seguridad Interior propicia “la falta de claridad, las ambigüedades y la discrecionalidad en la actuación de las autoridades”.
“Limitar nuestra opciones al despliegue reactivo de las fuerzas armadas, bajo la denominación que se le pretenda dar, sólo podrá atender los síntomas, mas no dará una solución de fondo a los problemas”, dijo González Pérez ante la presencia de Peña Nieto.
Peña Nieto había urgido al Congreso avalar esta Ley, que exigen el Ejército y la Marina, para así dotar a las Fuerzas Armadas de un marco legal con el cual puedan operar para hacer frente a las problemáticas que enfrente la Seguridad Interior de México. No obstante, organismos civiles y la propia CNDH han dicho que los límites para la intervención de las Fuerzas Armadas serían muy subjetivos bajo esta ley.