El cártel de Los Zetas, además de cometer numerosos abusos a los derechos humanos con impunidad, dio sobornos a policías, procuradores, al ejército mexicano así como a Humberto Moreira y Rubén Moreira, exgobernador y actual gobernador de Coahuila, informó la Clínica de Derechos Humanos de la Facultad de Leyes de la Universidad de Texas en Austin.
La clínica, al analizar las declaraciones de testigos en tres juicios federales en Estados Unidos entre 2013 y el 2016 , encontró que “las instituciones y funcionarios públicos tuvieron un papel, ya sea por acción o omisión, en la comisión” de las agresiones del grupo delincuencial.
“Los Zetas pagaron sobornos e integraron a la policía en su jerarquía para garantizar que el cártel pudiera continuar con sus operaciones ilícitas sin resistencia alguna”, detalla el informeControl…Sobre Todo el Estado de Coahuila.
Sin embargo, añade, Los Zetas no sólo influyeron sobre policías municipales o estatales de bajo rango, pues testigos relataron que el control de Los Zetas se extendió a jefes de la policía municipal, procuradores estatales y federales, centros penitenciarios estatales, sectores de la Policía Federal y del ejército mexicano así como a políticos estatales.
Varios testigos hicieron declaraciones sobre sobornos de millones de dólares pagados a los priistas Humberto Moreira y a Rubén Moreira, el anterior y el actual gobernador de Coahuila a cambio del control total del estado, indica la Clínica en el informe.
Este informe documenta los abusos a los derechos humanos que son mencionados en las declaraciones de los testigos, incluyendo las desapariciones y asesinatos masivos en marzo y abril del 2011 durante lo que se conoce como las Masacres de Piedras Negras y Allende.
El grupo de la Universidad de Texas añadió que las autoridades estatales no realizaron ningún tipo de investigación al cártel, donde desapariciones y crímenes, siguen en con impunidad y sin ningún seguimiento.
Además, los Zetas crearon deudas falsas en colaboración con la Secretaría de Hacienda local para reducir la tasa de impuestos que algunos negocios debían de pagar, además de la colusión con dependencias Procuraduría General de la República, el Ejército, la Policía federal, la Comisión Federal de Electricidad, y para la campaña del priista Fidel Herrera.
Los testigos también mostraron el alcance internacional del grupo delictivo. Relataron cómo armas adquiridas en los Estados Unidos fueron importadas a México y drogas producidas en México fueron traficadas a territorio estadounidense.
“Las operaciones de Los Zetas se extendieron a varias ciudades en los Estados Unidos, incluyendo San Antonio, Houston, Austin, Eagle Pass, Chicago y Atlanta, y a varios otros estados, como Nuevo México, California y Oklahoma”.