Mancha a Pemex incumplimiento y la corrupción

Jesús González I Tula

El octubre de 2014, el gobierno federal oficializó la cancelación del compromiso 82 del presidente firmado ante notario: el tren de refinación que conmemoraría el bicentenario de la Independencia en los límites de Atitaliaquia, Tlaxcopan y Tula, proyecto fallido para el cual Hidalgo adquirió un predio de 700 hectáreas en 2009 por mil 500 millones pesos, cuyo pasivo por mil 451 millones de pesos comprometió finiquitar la empresa productiva del Estado en 2015.

El 3 de diciembre de 2014, el entonces gobernador Francisco Olvera Ruiz y el secretario de Energía, Pedro Joaquín Codwell, anunciaron el reemplazo de ese proyecto: la construcción de una terminal de Almacenamiento y Reparto de Combustibles, que se ubicaría en dichos terrenos.

No obstante, el nuevo desarrollo, anunciado con una inversión de mil 280 millones de dólares para acumular 6.5 millones de barriles de gasolina y 2 millones de diésel, no entra en planes de Pemex, confirmó a Criterio el área de comunicación social Región Centro en septiembre.

Además del incumplimiento de Pemex con la entidad, la empresa enfrenta casos de posible corrupción en contratos para el tren de refinación Miguel Hidalgo, en el cual se lleva a cabo una reconfiguración.

Pemex terminó pagando a la constructora brasileña Odebrecht 61 por ciento más de lo que se había establecido en el contrato original, para distintas obras del proyecto de aprovechamiento de aguas residuales en Tula.

La Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó que la obra se contrató por mil 436 millones de pesos y se ejecutaron trabajos por 2 mil 315 millones de pesos.

Además, señaló que hay un probable daño por 139.9 millones de pesos debido a la falta de ajuste de los costos indirectos, de la utilidad y de los cargos adicionales.