Datos de gobierno, detrás de extorsión a productores de aguacate

Los cárteles mexicanos de la droga utilizaron bases de datos gubernamentales para ubicar, extorsionar e incluso secuestrar a los cultivadores de aguacate durante décadas, reveló una nueva investigación de la procuraduría general de México.

La investigación, publicada por primera vez por el diario mexicano Reforma, concluyó que las células del crimen organizado en la década de 1990 obtuvieron ilícitamente registros de la secretaría de agricultura de los cultivadores de aguacate, luego los utilizaron para rastrearlos y obligarlos a pagar una cuota de todas las ganancias o arriesgarse a ser secuestrados.

“Se trataba de un ‘sistema de inteligencia’, que consistía en revisar el registro de sanidad de la entonces Secretaría de Agricultura para conocer quiénes eran los agricultores con amplias extensiones de producción de aguacate –donde estaban localizadas sus huertas– y cuánto reportaban sus ventas por exportación”, se lee en el informe.

Iniciado por Cartel Jalisco Nueva Generación y el grupo criminal Los Cuinis, la práctica de extorsionar a los cultivadores de aguacate se convirtió en un método popular de diversificar los ingresos de los cárteles de la droga más poderosos de la región.

La lucha por el control de la floreciente industria del aguacate en México ha estado en marcha desde mediados de los años 90, cuando el Tratado de Libre Comercio de América del Norte levantó las restricciones a la importación de aguacates mexicanos en los Estados Unidos, lo que provocó un boom en la industria.

Las exportaciones mexicanas de aguacate han aumentado un 400 por ciento desde 2005, según el USDA. Como resultado, los productores mexicanos de aguacates generaron 2.2 mil millones de dólares en ganancias solo en 2016. También generaron una atención no deseada por parte de los célebres carteles criminales y de drogas de México.

En el estado de Michoacán, donde la industria del aguacate impulsa la economía local, se ha derramado sangre en la lucha para controlar el “oro verde” de México. Durante décadas, el área estuvo bajo el control de La Familia Michoacana, una violenta pandilla criminal encabezada por Nazario Moreno González, más conocido como El Más Loco. Después de que González fue asesinado por la policía estatal, en 2010, La Familia se derrumbó debido a las luchas internas, dejando la región abierta para que otro cártel tome el control.

Fue entonces cuando entraron Los Caballeros Templarios. En lo que se ha descrito como un enfoque “metódico”, los Caballeros Templarios extorsionaron a los productores de aguacate gracias a la información obtenida por las autoridades locales. Los Caballeros Templarios determinaron cuánto debía pagar cada productor al cártel. Se informa que la tarifa era de 100 dólares por hectárea y 10 centavos por libra de aguacate vendido. Los que se negaron vieron como sus familiares fueron secuestrados.

Las autoridades mexicanas estiman que los Caballeros Templarios ganaron 150 millones de dólares al año a través de la extorsión de los productores de aguacate.

Desde 2013, las milicias locales expulsaron al cártel de muchas áreas del estado. Pero los informes de Michoacán indican que la extorsión y la violencia aún prevalecen.

Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek