México perdió este jueves un fallo en la Organización Mundial de Comercio (OMC) en su disputa contra las reglas de mercado de Estados Unidos sobre atún, lo que debilita su reclamo de sanciones comerciales en contra de Washington.
Los jueces de la OMC fallaron previamente contra las normas estadounidenses de atún y autorizaron sanciones comerciales de México, pero Estados Unidos argumentó que había hecho lo suficiente para ajustar sus leyes y solicitó una prerrogativa de las normas de la Organización por razones de conservación ambiental, publicó la agencia de noticias Reuters.
Tras darse a conocer la decisión, el gobierno mexicano anunció que apelará el fallo en su contra y argumentó que no coincide con su razonamiento jurídico.
“La Organización Mundial del Comercio (OMC) emitió un fallo inicial para México, de acuerdo con el cual las reglas de etiquetado de atún ‘dolphin-safe’ de EE.UU ya no discriminan a los productos de atún mexicano”, luego de que el país modificara las reglas en 2016, informó la Secretaría de Economía (SE) en un comunicado de prensa.
No obstante: “Este fallo no es definitivo, por lo que será apelado por nuestro país”, agregó el texto.
Las disputas legales entre México y Estados Unidos llevan casi una década. En octubre de 2008, México inició un procedimiento de solución de diferencias ante la OMC en contra de las reglas estadounidenses de etiquetado de atún “dolphin safe”.
De acuerdo con México, este etiquetado impedía la “comercialización efectiva” de los productos de atún mexicano en el mercado de EE.UU.
Dicha medida era restrictiva para México, a pesar de que “el método de pesca utilizado por la flota mexicana cumple con los más altos estándares internacionales para la protección de los delfines”, aseguró el ministerio.
“México no coincide con el razonamiento jurídico del fallo de la OMC, por lo que, dentro del plazo previsto por las reglas de esta misma organización, nuestro país apelará dicho fallo”, agregó la Secretaría de Economía en un comunicado.
Los atuneros mexicanos han denunciado pérdidas acumuladas millonarias por las restricciones que sufrían para acceder al mercado del país vecino y que está valorado en cerca de 700 millones de dólares.