El herpes genital afecta a casi uno de seis adultos estadounidenses, pero ¿quién fue el paciente cero, el individuo responsable de esta frustrante plaga? Investigadores de Inglaterra creen haberlo encontrado o al menos, a su especie:Paranthropus boisei, un homínino bípedo y corpulento que, probablemente, transmitió el primer caso de herpes genital a nuestros antepasados primitivos.
El nuevo estudio, publicado en Virus Evolution, ha identificado cuándo y cómo fue que el primer antepasado humano pudo haber contraído herpes genital. Para modelar la historia del virus, el equipo utilizó datos fósiles que mostraban dónde y cuándo era probable que los humanos primitivos hayan estado presentes en África, el territorio aproximado de selva tropical que abarcaron los chimpancés ancestrales, y la genética viral.
Ya sabían que HSV2, el virus causante del herpes genital, pudo haber infectado a los primeros humanos antes de abandonar África. Y que esa infección inicial debió facilitar la propagación del virus a donde quiera que hayan emigrado. Sin embargo, nadie sabía, exactamente, cuándo o cómo fue que el virus pasó de los chimpancés a los humanos.
Es probable que, desde mucho antes, nuestros antepasados homíninos prehistóricos tuvieran HSV1 o herpes simple, el virus asociado con úlceras bucales, pues ese virus fue una herencia de cuando los humanos se separaron por primera vez de los chimpancés. No obstante, el herpes genital, causado por HSV2, no dio el salto en ese momento.
El extenso procesamiento de datos condujo a los investigadores hastaP. boisei, un homínino (grupo prehistórico que incluyó a Homo sapiens; es decir, nosotros) que fue identificado como el vehículo para introducir el virus en los humanos. Así mismo, se determinó que la infección inicial habría ocurrido hace unos 3 a 1.4 millones de años. “Paranthropus boisei fue el huésped intermedio más crítico para transmitir HSV2 de los chimpancés ancestrales a los antepasados de Homo sapiens”, escriben los autores del estudio.
Simon Underdown, antropólogo de la Universidad de Oxford y autor principal del estudio, dijo a Newsweek que solo un antepasado humano infectado pudo haber ocasionado que este virus se propagara a toda la especie. “Sabemos que el tamaño poblacional de muchas de estas especies no era muy grande y, desde un punto de vista biológico, solo hacía falta una infección para que ocurriera el salto”, explicó Underdown.
Pero, si el virus estaba atrapado entre nuestros primos chimpancés prehistóricos, ¿cómo fue que dio el salto a los seres humanos (sobre todo, si tomamos en cuenta que, actualmente, HSV2 suele transmitirse por contacto sexual)? Underdown opina que la causa fue el consumo de carne infectada. El antropólogo y su equipo proponen la teoría de que P. boisei debió verse expuesto al cazar o ingerir carroña de chimpancé infectada; y un carroñero en particular pudo haber tenido heridas abiertas o haber sufrido una mordedura.
Es probable queP. bosei pasara el tiempo en los mismos lugares que nuestro antepasado, Homo erectus, el cual surgió hace unos 2 millones de años. En el lago Turkana, en Kenia, hay evidencias de las dos poblaciones que datan de, más o menos, la misma época. Homo erectus era muy aficionado a cazar y a matar, y es la primera especie conocida que tenía un aspecto humano reconocible. Underdown y sus colegas opinan que Homo erectus cazó y consumió unP. boisei infectado, preparando así el terreno para muchas confesiones de futuras relaciones incipientes.
Con todo, Underdown no cree que la infección inicial fuera transmitida por vía sexual, porque es altamente improbable que aquellos humanos encontraran aP. boisei “sexualmente atractivo”, agrega.
Tras la infección inicial, es posible que HSV2 se diseminara de la boca a los genitales por el tacto, quizás al orinar o mediante el rascado. Y una vez que el virus encontró un hogar en los humanos, se quedó.
El estudio ofrece una perspectiva única de cómo la enfermedad de transmisión sexual más común entró por primera vez en nuestra población. El padecimiento está especialmente diseminado en África central y oriental, regiones con estrechos nexos con los orígenes de la humanidad. Aunque la mayoría de los individuos con infección HSV2 nunca manifiesta síntoma alguno, a veces el virus puede provocar dolorosas vesículas en la zona genital. Y si bien no hay tratamiento para curar la infección, los síntomas pueden controlarse con medicamentos.
La investigación también nos permite vislumbrar las vidas de nuestros antepasados prehistóricos. “Lo que hemos podido hacer es, esencialmente, reconstruir un acontecimiento que ocurrió un día en la vida de uno de nuestros antepasados”, dice Underdown. “Esto nos da una buena idea de cómo eran nuestros ancestros”.
Sin duda el herpes genital no es el tema favorito de muchos, pero los investigadores no dejarán aquí sus investigaciones. Pretenden utilizar su método innovador para rastrear el origen de las ladillas –introducidas hace más de 3 millones de años, a través del contacto con gorilas- y también, el del virus del papiloma humano, que pudo haber provenido de los neandertales.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek