El “dólar negro” en Venezuela superó este jueves los 20,000 bolívares por unidad, lo que representa una devaluación de 95 por ciento para la moneda nacional en el último año.
La divisa estadounidense se cotizaba a 20,192.95 bolívares en el sitio web DolarToday, principal referente del mercado paralelo, frente a los 1,024.93 del 7 de septiembre de 2016.
La depreciación del bolívar se aceleró a inicios de mayo, en medio de protestas opositoras contra el presidente Nicolás Maduro que dejaron unos 125 muertos entre abril y julio pasado.
Tras franquear la barrera de los 10,000 bolívares a finales de julio, el dólar paralelo inició una veloz carrera sin que los expertos se atrevan a fijar un techo.
El aumento de la cotización es constante pese a que el gobierno -que monopoliza desde 2003 el acceso a divisas con un férreo control de cambio- lanzó en junio un nuevo sistema de asignación con la promesa de derrotar lo que denomina el “dólar criminal”.
La tasa en ese mecanismo se ubicó en 3,345 bolívares en la más reciente subasta. También existe otra cotización de 10 bolívares por dólar, asignada únicamente para la importación de alimentos y medicinas.
La reducción de la renta petrolera en este país dependiente de las importaciones ha acentuado la escasez de bienes básicos. La consultora Econanalítica estima que las compras externas caerán este año 32 por ciento, tras una baja de 50 por ciento en 2016.
Muchos empresarios se ven obligados a importar con dólares del mercado negro, lo que dispara la inflación, que según el FMI escalará a 720 por ciento este año.
Según Ecoanalítica, 42.5 por ciento de las importaciones en el primer trimestre se hicieron con dólares del paralelo, impactando especialmente los rubros de alimentos y salud.
A la cotización de ese mercado, el ingreso mínimo de los venezolanos equivale a 13 dólares, cuando solo un kilo de arroz cuesta 1 dólar.
Sin embargo, el gobierno atribuye la escalada a una “guerra económica” de la oposición y empresarios, apoyados por Estados Unidos, para derrocarlo.
DolarToday, a la que Maduro acusa de formar parte de esa trama, dice fijar su tasa a partir de operaciones realizadas en casas de cambio de la fronteriza ciudad colombiana de Cúcuta, donde según el mandatario se especula para hundir el bolívar.