Las autoridades estadounidenses imputaron este lunes al conductor del camión hallado repleto de migrantes en Texas, cerca de la frontera con México, por transportar inmigrantes “ilegales”, en tanto que el total de muertos subió a diez.
El décimo fallecido, un hombre adulto, murió en el hospital en la madrugada, según la Fiscalía estadounidense, que acusó James Bradley Jr., 60 años y originario del estado de Florida, por “transportar inmigrantes ilegales”.
James Bradley Jr., 60 años y originario del estado de Florida, puede enfrentar cadena perpetua o la pena de muerte por conducir el camión en el que se hallaron 39 migrantes apilados, y donde las autoridades sospechan viajaron hasta cien personas a la vez.
El secretario estadounidense de Seguridad Interior, John Kelly, dijo este lunes que la muerte de los migrantes indocumentados dentro de un camión estacionado en la frontera entre Estados Unidos y México muestra la “brutalidad” de los traficantes de personas.
“Esta tragedia demuestra la brutalidad de la red de la que hablo habitualmente. Estos traficantes no tienen respeto por la vida humana y solo buscan beneficios”, dijo Kelly en un comunicado.
Los migrantes fueron hallados en la madrugada del domingo en un camión sin aire acondicionado en un estacionamiento en San Antonio, una ciudad del estado de Texas. Nueve murieron -todos hombres adultos- y otros 30 fueron hospitalizados.
Kelly lamentó las muertes “sin sentido” que, a su juicio, son el resultado de las “redes de abuso y muerte” de los traficantes de personas y reiteró las promesas del gobierno del presidente Donald Trump de combatir el cruce clandestino de inmigrantes.
“El Departamento de Seguridad Interior y sus aliados en Estados Unidos, México y Centroamérica seguirán erradicando a estos traficantes, llevándolos ante la justicia y desmantelando sus redes”, señaló.