Maduro “ansioso” por elecciones venezolanas

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, dijo este domingo
que espera “ansioso” que se convoquen las postergadas elecciones
municipales y a gobernadores, que es una de las principales exigencias de la
oposición en la calle.

“Yo estoy ansioso que se convoquen las elecciones de
gobernadores y alcaldes para darles una pela [gran derrota] a esta gente muy
pronto, que dejen el guarimbeo [protesta violenta] y la violencia, para
responderles con votos”, dijo Maduro en su programa dominical.

Las elecciones de gobernadores debieron realizarse en
diciembre de 2016, pero el poder electoral las suspendió y aún no tienen fecha.
Las de alcaldes están pautadas para este año y las presidenciales, las únicas a
las que se había referido Maduro en los últimos días, para diciembre de 2018.

Desde hace días, en jornadas que han terminado en violencia,
la oposición ha exigido en manifestaciones que se celebren las elecciones
atrasadas y se adelanten los comicios presidenciales.

“El farsante y golpista no quiere elecciones de ningún
tipo! Nosotros seguimos en defensa de la Constitución! NO al AUTOGOLPE!”,
escribió en Twitter el líder opositor Henrique Capriles, que fue inhabilitado
por 15 años y en principio no podrá ser candidato.

Maduro, que venció por un estrecho margen a Capriles,
advirtió que un gobierno de oposición “no duraría una semana en
Venezuela”.

“Un gobierno de la derecha en Venezuela que tome el
poder por la fuerza lo derrotaríamos con el poder de la fuerza cívico-militar
del pueblo en horas y radicalizaríamos esta revolución bolivariana al nivel más
profundo que la historia haya conocido en América”, insistió.

“E inclusive un gobierno que accediera por unas
elecciones manipuladas como fueron las de 2015”, en las que la oposición
asumió amplia mayoría del parlamento, “cuando vengan a imponer su paquete
económico, este pueblo se alzaría porque el pueblo venezolano está en paz
porque nosotros lo tenemos en paz”, siguió.

Maduro enfrenta una crisis económica que se agravó con la
caída del precio del petróleo y que se caracteriza por la escasez de alimentos
y medicinas y la inflación más alta del mundo, proyectada por el FMI en 1.660%
para 2017.

El colapso minó su popularidad, al punto que siete de cada
diez venezolanos quieren un cambio de gobierno, según una reciente encuesta de
la firma Venebarómetro. Aunque Maduro atribuye la crisis a una “guerra
económica” de la oposición apoyada por Estados Unidos.