Las redes sociales se han consolidado como plataforma para acosar, intimidar, infundir miedo y censurar a periodistas en México, plantea el Tercer Informe Trimestral: De lo digital a lo tangible, elaborado por la organización Artículo 19.
El documento dice que las amenazas constituyen las agresiones más comunes contra periodistas, habiéndose registrado durante el periodo de julio a septiembre pasado 88 casos. De estos, 56 fueron dirigidos a hombres, 21 a mujeres y 11 a medios o colectivos.
Del total, dice la organización con sede en Londres, seis de cada 10 amenazas fueron realizadas por redes sociales. Mientras que en los primeros seis meses de 2016, el promedio mensual era de una amenaza, al tercer trimestre del año aumentaron a 4.6.
Artículo 19 documentó que de los 58 casos en los que se tienen indicios claros, siete de cada 10 fueron perpetrados por agentes del Estado.
Método intimidante
En algunos casos incluso, se han documentado la personalización de amenazas y el nombre de las personas amenazadas escritos con balas.
Los agresores buscan infundir miedo, sentimientos de persecución e inseguridad ante un riesgo inminente, señala el informe.
Aunque existen sofisticadas herramientas digitales, los agresores optan por plataformas abiertas como Twitter para intimidar. Con ello, quieren censurar la información crítica y el debate de información relevante por medio de mensajes de odio y extrema violencia.
Las 14 amenazas en redes sociales documentadas por Artículo 19 durante el tercer trimestre del año, fueron hechas a periodistas a través de Twitter.
En los mensajes documentados existen patrones de lenguaje de extrema violencia, asociados al narcotráfico y al odio, homófobos y de género, que se repiten en distintos ámbitos y momentos.
Algunos corresponde a una cuenta, pero también existen ataques que se gestan desde varias cuentas e inclusive desde varias plataformas.
Existen ataques únicos, esporádicos, coyunturales y ataques sistemáticos. Los más presentados son: operativos de bots, campañas de difusión, redadas y ‘stalking’, dice la organización.
El Estado es protector de los agresores
Las amenazas en este caso intentan amedrentar con el fin de restringir el derecho a difundir información crítica de interés público en un régimen democrático.
En lo que va del año suman un total de 306 agresiones registradas. La Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión de la Procuraduría General de la República (FEADLE), sólo ha atraído 3 casos, esto, impide subsanar la falta de acceso a la justicia de estos crímenes en el ámbito local, señala el informe.
En su informe, Artículo 19 asegura que no tiene conocimiento de que algún responsable intelectual ni material de las amenazas haya sido identificado y llevado ante la justicia como resultado de una investigación diligente y exhaustiva.
“Esta impunidad en casos de agresiones en el espacio digital se suma al clima existente para crímenes y violaciones en contra de la libertad de expresión en México”, dice.
La tendencia va en aumento sin encontrar por parte del Estado formas efectivas de protección y de procuración de justicia, resalta la organización.
Las amenazas, según Artículo 19, minan las redes como un espacio de pluralidad y disidencia crítica, que suma gravedad ya que el espacio digital es relevante para el flujo de información y el debate democrático.
Gobierno de Peña, el más violento para la prensa
Las amenazas en el espacio digital se han consolidado como un medio para reproducir la violencia de género. Foto: Artículo 19.
Los asesinatos de periodistas siguen en aumento, el sexenio de Enrique Peña Nieto, se convirtió en el más violento para la prensa en México.
La cifra de siete asesinatos de periodistas durante 2015, ha sido superada en los primeros 9 meses de 2016.
Hasta el cierre de septiembre de 2016, Artículo 19 documentó más de un periodista asesinado por mes, haciendo un total de 10 asesinatos en lo que va del año.
Durante el tercer trimestre de 2016, Pedro Tamayo, reportero de Tierra Blanca, Veracruz; Agustín Pavia, locutor de Huajuapan, Oaxaca, y Aurelio Cabrera, reportero y director de un medio de Huachinango, Puebla, fueron asesinados.
En ninguno de estos 3 casos la FEADLE ha ejercido su facultad de atracción para investigar los homicidios en contra de los periodistas, dice el informe.