Los miembros del gabinete de Donald Trump parecen decididos a seguir al pie de la letra las promesas de campaña del republicano, al menos en el discurso. Y es que la afirmación de Wilbur Ross -designado por el magnate como secretario de Comercio de Estados Unidos para el arranque de su gestión- a una cadena estadounidense sobre el futuro de la relación comercial entre Estados Unidos y México, en la que señala que el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica se “arreglará”, deja ver la determinación con que la próxima administración estadounidense abordará el tema comercial con sus vecino del sur y del norte (Canadá).
“El TLCAN necesita arreglarse. Esto no significa que México va a desaparecer, ni Canadá, pero hay cambios que son necesarios realizar”, señaló Ross a la cadena Fox Business en Nueva York este miércoles, además de argumentar que el desplome de la moneda mexicana la noche del pasado 8 de noviembre frente a la victoria de Trump es una clara señal de que “los mercados reconocen la necesidad de ajustes profundos”.
“Los mercados lo reconocen. Veamos cómo ha reaccionado el peso. Si eso no indica que todo mundo sabe que habrá cambios, no sé qué otra cosa lo puede hacer”, dijo Ross, considerado en la élite económica estadounidense como un “especialista en bancarrotas”.
Sin embargo, aunque las declaraciones de Ross dejan ver que será un proceso
duro de negociación y ciertamente la economía mexicana depende EE. UU., México deberá dejar ver qué este tipo de decisiones también afectarán a las
empresas estadounidenses, dada la enorme integración vertical que existe entre
compañías, considera Enrique Cárdenas, director ejecutivo del Centro de Estudios Espinosa Yglesias.
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Wilbur Ross, fundador del fondo de inversión WL Ross & Co. y nuevo secretario de Comercio del gobierno electo de Trump, asegura que México tendrá que renegociar el TLCAN por la fuerte dependencia económica que tiene de la economía estadounidense.
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Las recientes palabras de Ross y de Trump durante su campaña “tendrán que
analizarlas los propios empresarios norteamericanos, para ver hasta dónde
pueden ellos hacer valer sus intereses, que son consistentes con los de México,
independientemente de lo que su gobierno desee”, señala Cárdenas, quien reconoce que “habrá muchas formas de presión de Trump hacia las
compañías norteamericanas, pero también tendrán que dejar ver que estas
decisiones reducirían su competitividad internacional”.
“Ojalá y no se
tenga que renegociar todo el acuerdo, sino que se lleguen a arreglos
bilaterales para modernizarlo, si se abre completamente, es muy poco probable
que se tenga un nuevo acuerdo en muchos años”, advierte el especialista.
Wilbur Ross ha sido uno de los grandes críticos de los acuerdos comerciales internacionales de Estados Unidos. Fungió como asesor económico de Trump durante la campaña electoral, y ha asegurado reiteradamente que el Acuerdo Económico Transpacífico (TPP) no tendrá cabida en la agenda económica del presidente electo.
En una entrevista para Yahoo Financie apenas un día después de la victoria de Trump sobre Clinton, aseguró que la dependencia de México hacia Estados Unidos es tan grande que tendrá que ceder en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de America del Norte (TLCAN), por lo que no será necesario siquiera una “guerra” comercial entre ambos países, ya que, según apunta, México está urgido a negociar”.
“No habrá guerras comerciales, y diré por qué: veamos al peso mexicano. La razón por la que ha colapsado es porque todo mundo sabe que los mexicanos tendrán que hacer concesiones. Punto… Representamos 80 por ciento de las exportaciones totales [de México]. Eso es muy grande…. Cuando uno es el cliente del 80 por ciento (de las exportaciones) de alguien, ¿realmente peleará conmigo? No, va a negociar”, dijo Ross a Fox Business.
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Enrique Cárdenas, director ejecutivo del Centro de Estudios Espinoza Yglesias, considera que se vienen “duras negociaciones” económicas con Estados Unidos, y lamenta que el gobierno de México parece no tener un plan ante una posible contingencia económica.
Para el director del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, este tipo de declaraciones reflejan “la manera en que Trump
ha hecho una satanización directa del caso mexicano, cuando en realidad las
inversioens de EE. UU. están en todo el mundo, no solo en México”, por lo que espera que las empresas norteamericanas puedan soportar la presión que ejerza el gobierno del presidente electo, en caso de que mantenga esta postura sobre el TLCAN.
Si bien Cárdenas reconoce que las negociaciones serán duras y prácticamente unilaterales, México tiene que buscar alternativas creativas y aprovechar ciertas ventajas que tiene frente a su vecino del norte.
“Serán
negociacianos duras de ‘aceptas o nos vamos’, esa es la posición inicial de
negociación. La postura de México es mucho más débil. Ellos quieren cubrir
impuestos a la importación, pero se tienen que dar cuenta que muchos de los
insumos que se importan a su país, son de origen norteamericano, lo que podría
afectar su propio mercado interno”. Sin embargo, señala que es preocupante que el gobierno de México parece no tener una hoja de ruta ante la contingencia económica que se avecina:
“Da la impresión
que el gobierno de México no tiene planes, lo cual es preocupante. La reacción
ha sido de esperar cuando justamente debe ser al revés y buscar enfrentar
directamente el peor escenario. Dependemos mucho de EE. UU pero hay salidas,
tenemos que buscar salidas creativas a problemas como el plantemiento de grabar
remesas, algo que es ruin por parte de EE. UU, ya que estas son enviadas por
las personas más pobres”, enfatiza Cárdenas, quien considera que una alternativa
sería buscar paraísos fiscales para buscar triangular este dinero y no causaran
estos impuestos que se buscan imponer.
“Se deben buscar maneras de presionar del
lado mexicano”, concluye.