Mujeres del arte adornan escuela

Por segunda ocasión, artistas de Argentina, Colombia y
México crearon murales en Hidalgo como parte del segundo Encuentro
Internacional de Mujeres en el Arte 2016 que se realizó del 17 al 24 de
noviembre en Tenango de Doria.

Carmina Orta, directora de la Coordinadora de Mujeres en el
Arte (ConmuArte) en Hidalgo, indicó que, en principio, el proyecto de los
murales iba a ser en las instalaciones de la Universidad Intercultural de
Hidalgo (Uceih).

La remodelación de este centro educativo originó que los
murales se hicieran en las paredes de la secundaria Técnica 11, del centro del
municipio, “pues los universitarios toman clases aquí y es una forma de dar las
gracias a este espacio de que les hayan prestado sus instalaciones.

De acuerdo con Ofelia Martínez Hernández, directora de la
secundaria, “si un alumno convive en un espacio limpio y con arte y cultura
impresa, eso servirá de motivación para que imiten ese tipo de prácticas”.

También, los artistas urbanos de Pachuca Ricardo Islas y
Saúl Torbe elaboraron lienzos que serán entregados a las autoridades de la
Uceih.

El ciclo de la vida

La vida y la muerte es un vínculo que no se puede dividir.
En este mural, realizado por Bernardita Sempio, pintora de San Miguel,
provincia de Buenos Aires, Argentina, unifica con una carga simbólica femenina
ese ciclo de la vida.

A la derecha del mural, Bernardita representó a una mujer
con fuertes rasgos indígenas que porta una corona de flores sobre su cabeza, y
hojas verdes. De lado izquierdo, un cráneo que, en su centro, destella un
universo. Al centro, unificó ese ciclo a través de un ojo abierto y debajo un
destello menstrual.

“Una forma de representar a las mujeres en este mural es el
ciclo menstrual o lunar que tenemos. Esto tiene que ver mucho con la vida y la
muerte pues mes con mes muere una parte de nosotras pero también otra vuelve a
vivir, es un ciclo eterno”, indica la pintora.

La forma en la que pintó este mural fue de lo general a lo
particular con pintura; además, se utilizó la técnica de esténcil y aerosoles,
apoyada por el artista mexicano Ricardo Islas.

Una protección mutua

“Arrójate al abismo, no temas. El vacío que ves no es vacío;
las mismas fuerzas que elevan al cóndor te darán sustento a ti”, es la frase
que da esperanza a los niños y jóvenes de la escuela secundaria en la que se
plasmó un mural con el cóndor andino.

Esta obra fue creada por las artistas argentinas Laura
Lasky, de Neuquen, provincia de la Patagonia, y Paula Cardozo, de la comunidad
de Jujuy, y el mexicano José Luis Hernández Guzmán.

Un cóndor andino en vuelo —una de las aves más grandes del
mundo, que representa libertad, sabiduría y la protección de un pueblo— que se
plasmó en el mural tiene la mirada fija en la niñez, creando un compromiso de
cuidarse mutuamente.

“A veces el abismo (lo desconocido) nos da temor. Pero
siempre hay que lanzarnos y confiar. En las comunidades chechuas, de Bolivia,
dicen que el cóndor es quien le da fuerza al sol para nacer todos los días. Por
ello el mensaje que se plasma en este mural es para que los niños y jóvenes
puedan abrir sus alas y hacer lo que quieren hacer, sin temor y con la misma
fuerza de esta ave”, comentaron Laura Lasky y Paula Cardozo.

El equilibrio de las fuerza

En el centro del mural se representó la figura femenina
(luna) abrazando a un sol en forma de flor amarilla. Esto representa la unión
de las dualidades: el yin yang, hombre y mujer, día y noche, positivo y
negativo, etcétera.

El mural fue hecho por Melina Ruiz, de Argentina, y Carmina
Orta, oriunda del estado de Hidalgo, México, quienes en un primer plano
plasmaron una parte de la vegetación que hay en Tenango de Doria y algunos
animales arraigados en los bordados que hacen hombres y mujeres en la región
Otomí de la entidad.

También, se plasmó a dos mujeres latinoamericanas, una joven
y la otra anciana, que representa la herencia de los conocimientos de
generación en generación; cada una luciendo sus vestimentas típicas.

Algo que motivó a pintar los murales en el secundaria
técnica 11 fue la curiosidad que mostraron los estudiantes que, en sus horas
libres, acudían a mirar el trabajo de las artistas a quienes, incluso, les
pidieron autógrafos para recordarlas.

Fusión de culturas

A pesar de la distancia, de más de 3 mil kilómetros,
Colombia y México son dos países latinoamericanos unidos por raíces y el
corazón de su gente. En mural fue creado por Claudia Yaneth Luna, pintora
colombiana del norte de Santander, en el que fusionó las dos culturas.

El lado derecho del mural, la artista pintó una guacamaya y
una niña nativa de Colombia, ambas abrigadas al fondo con la bandera de ese
país ubicado al noroccidente de América del Sur. De lado derecho, plasmó una
mujer adulta, con rasgos mexicanos, y un tucán; de igual forma abrazadas por la
bandera tricolor de México.

En el centro, se plasmó una mujer anciana, que representa
esa sabiduría y unión de estos dos pueblos junto a sus raíces prehispánicas;
por eso, al fondo se pueden ver piedras antiguas que representan el sol y la
luna.

Además, “es un mural en el que plasmé las tres etapas de la
mujer: niña, adulta y anciana. En estos ciclos la mujer descubre sentimientos,
emociones y experiencias nuevas. Pintar un es como tener un hijo, pues dejas no
sólo tiempo y esfuerzo, sino una parte de tu alma”.

También, sobresalen dos manos tejedoras de bordados de
Tenango de Doria, plasmando ese reconocimiento a las mujeres que crean este
arte único en el mundo.

Multiplicar conciencias a través de las imágenes

Para el maestro muralista Marcelo Carpita, oriundo de
Argentina, hacer un mural es una forma de comunicar, pues “el muralismo es
parte de las ciencias sociales más que de las artes plásticas”.

Es comunicar a través de imágenes, plasmar sentimientos,
agrega el pionero del muralismo argentino, quien, en 1991, fundó el taller de
muralismo latinoamericano en la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano, en
Argentina.

El mural que pintó en Tenango de Doria incluyó la
creatividad de los jóvenes estudiantes de la Universidad Intercultural de
Hidalgo, quienes buscaron y le dieron los elementos para plasmar la temática
del mural.

En el mural se plasmó gente indígena de Tenango, plantas y
animales representativos, utilizando como herramienta la brocha y el acrílico.

Previamente, Marcelo Carpita —quien también es docente—
realizó un taller con los estudiantes de la Universidad Intercultural en el que
se habló del espacio, composición y formas del muralismo.

“Es la cuarta vez que vengo a México y siempre me enriquece
más. Me llevo de Tenango a su gente y su territorio realmente hermoso; incluso
me pidieron dar clases en la universidad, espero volver en algún momento”.

El círculo virtuoso

La comunión entre mujeres da fortaleza, pues son epicentros
de conocimientos y sabiduría. Aunque hace tiempo esa comunión no se podía dar,
pues eran confinadas a las labores del hogar y el cuidado de los hijos.

Hoy es diferente, pues esa unidad de este sector es ya una
realidad y para muestra la danza de mujeres en círculo en el mural hecho con
restos de azulejos y creado por las artistas argentinas Florencia Deluchi y Sol
Ramos.

“Regularmente, para hacer un mural, utilizamos vajillas
rotas. Sin embargo, aquí, la gente nos trajo utensilios y cacerolas que ya no
les servían y fue algo maravilloso poder incluir estos elementos, pues nos
pareció mágico, pues trajeron una parte de sí, por ejemplo, una olla que
utilizaron”, indica Sol Ramos.

Lo más difícil de hacer este tipo de murales es conseguir
los materiales para pegar el azulejo, que es un material más duradero. Este
mural de Tenango es el primero que hacen fuera de Argentina; sin embargo, su
trabajo se ha plasmado en miles de trabajos por todo el país del sur de
América.