La derecha en Francia contra la adopción en parejas gays

Los votantes conservadores franceses hacen constar que
se inclinan por una derecha ortodoxa, católica, sin matices ni excesos; los
franceses prefieren a François Fillon,
el más clásico de la derecha, y quien ganó la primera vuelta en las elecciones
ayer, con 44 por ciento.

Ex primer ministro entre 2007 y 2012, ministro seis
veces y en puestos políticos desde los 23 años, Fillon transmite a sus 62 años
el discurso propio de un dirigente duro y firme ante el terrorismo o la
migración; liberal en sus recetas económicas y agresivo en su empeño de rebajar
logros sociales y ciudadanos; de ideas firmes y valores inamovibles.

Uno de sus estandartes señala la prohibición de la
adopción por parte de parejas gays, legal en Francia a partir de la
promulgación de la ley en mayo de 2013 que lo permite.

Fillon es católico practicante, hijo de militantes
conservadores y padre de cinco hijos, se presenta muy acorde con la Manif pour
Tous
(Manifestación para todos), el exitoso movimiento de la derecha contra el
matrimonio homosexual.

Manif pour Tous es el principal colectivo de
asociaciones que ha organizado las mayores campañas en contra del matrimonio
homosexual en Francia. Las reivindicaciones del colectivo se han ampliado a la
homoparentalidad (adopción, reproducción asistida, gestación subrogada), en
tenaz defensa de la ‘familia tradicional’ y el rechazo a la enseñanza de la
‘teoría de género’.

En otro de sus frentes, Fillon quiere expulsar de
Francia a todo sospechoso con doble nacionalidad y prohibir el regreso a los
franceses que hayan ido a combatir a Siria o Irak. También es partidario de
prohibir el burkini, a pesar de que el Consejo de Estado rechaza ese veto.

Frente al yihadismo y el islamismo radical, la mano
dura es la única fórmula de Fillon.

La vena conservadora también es nítida con respecto a
la política europea. Planea un referéndum sobre el reparto de refugiados entre
los países de la Unión Europea, como el de Hungría el mes pasado.

“Fillon es una síntesis casi perfecta de las derecha”,
asegura el analista e historiador Benoît Pellistrandi. “Seduce al núcleo duro y
a los centristas, pasando por los democristianos”.