El aumento en la asistencia latina durante el principio de la votación podría ser uno de los factores más importantes en la elección de 2016 y hasta ahora, las organizaciones de apoyo dicen que ese pico no ha resultado en ningún problema extendido en los sitios de las urnas. En vez de preocupaciones por los votantes, el volumen de llamadas que siguen llegando a una línea directa para votantes hispanoparlantes administrada por el Fondo Educativo de la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Elegidos y Designados (NALEO, por sus siglas en inglés), señala que el interés de los latinos en votar sigue siendo entusiastamente alto. Y ello podría ser una mala noticia para el candidato presidencial republicano Donald Trump y sus compañeros republicanos.
En una sala de conferencias abarrotada en un edificio de oficinas en el centro de D.C. poco antes del almuerzo el martes, 14 voluntarios bilingües usaban teléfonos inteligentes para tomar llamadas derivadas del número de línea directa (1-888-VE-Y-VOTA) en siete estados del Atlántico Medio y los Apalaches. Ellos metían cualquier información relevante en una base de datos para rastrear y dar seguimiento a cualesquiera problemas o preguntas relacionados con la votación. Laura Maristany. Directora de asuntos políticos y legislativos de NALEO, dice que la mayoría de las llamadas hasta ahora han sido de “personas preguntando dónde está su ubicación para votar, qué tipo de documentos necesitan llevar”.
Una gran mayoría de las llamadas han provenido de Virginia, según Sindy Benavides, directora de compromiso cívico y movilización comunitaria de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC), la cual está asociada con NALEO para proveer este y otros dos servicios de atención con líneas directas en California. En total, una coalición de grupos de apoyo a latinos trabajan con NALEO para dotar de personal a la línea directa en 14 servicios de atención en todo EE UU. El más grande, en Los Ángeles, tiene alrededor de 50 líneas. El volumen de llamadas se ha disparado en el transcurso de la elección de 2016, dice Maristany. El cómputo más reciente, de hace dos semanas, dio un total de 110,000 llamadas a la línea directa, la cual ha estado operando desde las elecciones primarias.
En días recientes, los operadores de la línea directa han recibido reportes de unos cuantos problemas aislados: casos de acoso en Virginia y carolina del Norte; un sitio para votar que no abrió a tiempo en el Bronx en la mañana del martes, y una falta de trabajadores bilingües en las urnas en Massachusetts y Pensilvania. Pero en general, la mayoría de quienes llaman sólo quieren asegurarse de que puedan votar. Ello incluye una mujer que se preparaba para ir al aeropuerto de Maryland y quería asegurarse de que tendría tiempo para llegar a su sitio de votación en Miami antes de que cerraran las urnas. (Le dijeron que tendría que ir directamente allí para adelantarse al cierre de las 7 p.m.)
Antes de que la elección comenzara, NALEO había previsto que de los 27.3 millones de votantes latinos elegibles en el ciclo electoral de 2016, 13 millones asistirían y votarían. Ahora, dice Maristany, los analistas de la asistencia latina empiezan a decirle que la cifra podría ser más alta, hasta 14 millones. “Eso sería, obviamente, algo sin precedentes. Incluso los 13 millones era un aumento”.
Este tipo de cifras sería una victoria importante para la comunidad política latina, dándole el tipo de influencia política que los expertos desde hace mucho predijeron para el grupo demográfico de rápido crecimiento. Hasta esta elección, la asistencia de los votantes latinos casi no había logrado impresionar. El reto para grupos como NALEO y LULAC es mantener el interés de los votantes latinos despertado en el ciclo electoral de 2016 por un candidato presidencial republicano quien consistentemente denigró a los inmigrantes mexicanos. Están listos para trabajar en ello.
“Acabamos de recibir una llamada de alguien que acaba de naturalizarse” y quería votar, dice Maristany. Desgraciadamente, quien llamaba era de Maryland, donde, al contrario de otros estados, a los nuevos ciudadanos no se les permite registrarse en sus sitios de votación el Día de la Elección. El voluntario de la línea directa tomó la información de quien llamaba de todas maneras. Maristany dice: “Ese es alguien a quien podríamos querer contactar en el futuro para proveerle más información de dónde registrarse y cuándo”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek