El escritor de Guadalajara, afincado desde 2003 en
Barcelona, se impuso con su cuarta novela al resto de 512 obras presentadas
para este premio, dotado con 18 mil euros y en cuyo palmarés figuran Roberto
Bolaño, Javier Marías o sus compatriotas Sergio Pitol y Juan Villoro.
El galardón de Villalobos supone la cuarta victoria
de un mexicano y la octava de un escritor latinoamericano en las últimas diez
ediciones del Premio Herralde.
Es “un triunfo arrasador de las literaturas
latinoamericanas”, celebró el editor de Anagrama, Jorge Herralde.
“Confío en que estos escritores semisecretos alcancen la popularidad que
merecen”, añadió en una rueda de prensa con el autor.
Villalobos definió su obra como una novela híbrida:
es “una novela mexicana sobre Barcelona y una novela española sobre
México” que “mezcla de novela negra, comedia de enredos y
autoficción”.
Autoficción porque el protagonista tiene su nombre
y, también como él, es un escritor mexicano que se mudó a Barcelona para
estudiar un doctorado en literatura.
Este Villalobos de ficción se verá envuelto por su
primo en una trama delictiva de alto nivel que lo llevará a interactuar con
mafiosos, políticos corruptos, estafadores, okupas o feministas radicales
mientras intenta salir del embrollo.
La trama, aclaró, “es ficción pura, es tan
absurda que es imposible que sea biográfica”.
Villalobos empezó a escribir la obra en 2014, al
volver a Barcelona después de tres años viviendo en Brasil. Fue fruto de una
crisis creativa tras su trilogía de novelas sobre el narcotráfico, la
delincuencia y la corrupción en México.
Tras una década fuera de su país, “me parecía
que no podía seguir escribiendo mis novelas como si fuera un escritor mexicano
cuya realidad cotidiana es la mexicana. La solución a esa crisis es esta
novela”, afirmó.
No
voy a pedirle a nadie que me crea, que se
publicará el 30 de noviembre en España, toma el relevo de Farándula de la española Marta Sanz, que rompió en 2015 con dos
años de dominio mexicano de este galardón.