La defensa de las vacas

UNA PEQUEÑA EMPRESA de biotecnología ha modificado varias vacas mediante ingeniería genética para producir grandes cantidades de anticuerpos humanos para combatir enfermedades. La tecnología, que no estará disponible sino hasta dentro de tres a cinco años, podría ayudar a combatir la influenza, el ébola, el zika y el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS, por sus siglas en inglés).

La tecnología, desarrollada por SAB Biotherapeutics, una empresa privada con sede en Sioux Falls, Dakota del Sur, sigue un principio que se utilizó durante el brote de ébola. Los médicos toman el plasma de pacientes convalecientes y se lo dan a los pacientes enfermos. Esto funcionó bien en algunos casos, pero varios pacientes no pudieron proporcionar suficiente plasma para contrarrestar un brote tan amplio.

Las vacas podrían proporcionar una solución: una vaca puede producir entre 30 y 60 litros de anticuerpos al mes. Por otra parte, los seres humanos no son tan industriosos: un paciente puede producir tan solo cuatro litros al mes, suficientes para tratar únicamente a tres personas.

Los investigadores toman los genes productores de anticuerpos de las vacas y los reemplazan con genes humanos. Luego inyectan las vacas con el virus que están interesados en tratar. Esto hace que los animales produzcan anticuerpos contra el virus, señala Eddie Sullivan, presidente y director ejecutivo de SAB Biotherapeutics. En ese momento, los investigadores pueden utilizar estos anticuerpos para tratar a un paciente enfermo.

La empresa está probando los anticuerpos como un posible tratamiento para el MERS, una enfermedad respiratoria identificada en Arabia Saudita en 2012. El MERS mata a más de 30 por ciento de las personas que lo contraen. No existe ningún tratamiento.

Los científicos han intentado utilizar los anticuerpos directamente de los animales antes de estas pruebas. El problema es que el cuerpo humano reconoce los anticuerpos animales como agentes extraños, provocando lo que se conoce como “enfermedad del suero”. Esto puede producir una reacción alérgica que puede ser grave. Sullivan afirma que esto no sucederá con los anticuerpos de SAB debido a que son derivados de seres humanos. Las vacas se utilizan únicamente para aumentar la producción.

SAB afirma que, actualmente, es la única empresa que produce anticuerpos a partir de mamíferos de gran tamaño. En julio, la Organización Mundial de la Salud reconoció que la tecnología de SAB es una forma potencialmente eficaz de abordar el surgimiento de enfermedades infecciosas.