El tabaco puede causar mutaciones genéticas en los fumadores

Una
persona que fuma 20 cigarrillos al día puede sufrir un promedio de 150
mutaciones en cada una de las células del pulmón anualmente, es decir, cambios que dejan una “huella arqueológica” permanente, que persisten
incluso si el individuo deja de fumar,
aseguran los especialistas.

Pamela Pugh, de 69 años, fue
diagnosticada con cáncer de pulmón en 2013. Comenzó a fumar cuando tenía 17
años y dejó el cigarro poco después de cumplir 50. “Pese a que no he fumado
desde hace mucho tiempo, sufro las consecuencias de haberlo hecho”, acepta
Pamela.

Un estudio acerca de los cambios
genéticos, publicado en fechas recientes en la revista científica Science,
fue realizado por un grupo internacional de científicos de instituciones como
el Laboratorio Nacional de Los Alamos, en Nuevo México, Estados Unidos, y el
Instituto Wellcome Trust Sanger, centro de investigación genética británico.

El trabajo revela el vínculo directo
entre el número de cigarrillos que una persona fuma a lo largo de su vida y la
cantidad de mutaciones que aparecen en el ADN de los tumores.

Fumar un paquete de cigarros al día
causa, en promedio, los siguientes efectos: 150 mutaciones anuales en cada célula del pulmón, 97 en la laringe, 23 en la boca, 18 en la vejiga y 6
en el hígado.

Uno de los autores del estudio, Mike
Stratton, del Instituto Wellcome Trust Sanger, señala: “Mientras más mutaciones hay, más posibilidades se tienen de que estos
cambios ocurran en genes fundamentales llamados los genes del cáncer,
que son los que convierten una célula normal en una cancerosa”.

Los investigadores indican que en el caso de órganos como el pulmón,
directamente expuestos al tabaco, encontraron la huella de los químicos que
contienen los cigarros; “al menos 60 son cancerígenos”. No observaron el
mismo patrón en los tejidos que no están expuestos a estas sustancias, como es
el caso de la vejiga.

Stratton agrega: “Al analizar el genoma de los diferentes tipos
de cáncer, podemos encontrar las huellas arqueológicas de sustancias a
las que el organismo ha estado expuesto y que pueden ser los causantes de la
enfermedad, lo que podría, potencialmente, ayudar a prevenirla”.

“Por cada
150 mutaciones que se producen en las células cada año, hay 150 oportunidades
para que el cáncer de pulmón se desarrolle”, afirma David Gilligan, oncólogo del Hospital
Papworth, en Inglaterra.

“El porcentaje de sobrevivencia a este cáncer es bajo,
pero hay avances promisorios que
incluyen tratamientos con drogas teniendo en cuenta elementos genéticos”,
añade Gilligan. Es el caso del tratamiento experimental al que se sometió
Pamela Pugh durante seis meses, con el objetivo de modificar los genes que
impulsan el desarrollo del cáncer de pulmón.