La desaparición de niñas en Aguascalientes y la renuencia de las autoridades locales a admitir el paso por el estado de un corredor de trata de personas es un problema grave, evaluó la periodista Lydia Cacho.
“La desaparición de las niñas de Aguascalientes es gravísima. No solamente porque, efectivamente, sí es parte de un corredor internacional que se lleva a las niñas y que cruza incluso a niñas desde Centroamérica y Sudamérica hasta el norte del país. A veces las logran cruzar a Estados Unidos, a veces no”, consideró la también activista de Derechos Humanos.
En entrevista con Newsweek Aguascalientes, luego de su presentación en la Feria del Libro del Colegio Entorno, Cacho Ribeiro incluso consideró a Aguascalientes un estado sui generis por los contrastes entre la fuerza social de grupos de ultraderecha y la tolerancia a fenómenos probablemente relacionados con trata, pedofilia o pornografía infantil.
“Ese tema de los spas para niñas, a mí me parece que es gravísimo, que hay toda una estrategia de capacitación y preparación para la prostitución para las niñas. Las familias que están llevando a niñas de 5 años a que se suban a una limusina rosa, que jueguen a que beben champagne, que las meten en unas tinas, de 5, 8, 10 años, que las hacen desfilar en frente de los padres y madres de familia… Y hay como un entrenamiento cultural hacia la explotación sexual, hacia la exposición de los cuerpos de las niñas como mujeres adultas, lo que llaman algunos expertos la ‘pornificación’ de las niñas”, ejemplificó.
Ante un mercado internacional de trata y una cultura global de la pornografía infantil, la autora de Los Demonios del Edén recomendó a organizaciones no gubernamentales que atienden el tema y a los periodistas, estar atentos a patrones en los casos que se conozcan y pedir cuentas a las autoridades.
“Una de las primeras cosas y, fundamentales, es entrevistar a las madres y los padres de las niñas desaparecidas. Una vez que publicas una primera entrevista, empiezan a aparecer, por decenas, generalmente. Y cuando te cuentan las historias, entiendes los orígenes de la desaparición. Otra de ellas es, sin duda, poner a la autoridad sobre la mesa en el papel: ¿Cómo es posible que las autoridades de Aguascalientes no sepan detectar la trata de personas, cuando hay una Ley General federal que, además, obliga desde hace dos años a todos los estados de la república a tener capacidad de detección de detección, investigación y de rastreo de niños y niñas?”, comentó.
De acuerdo con la base de datos de la Secretaría de Gobernación, 109 mujeres han desaparecido entre 2007 y 2016 en Aguascalientes. En redes sociales, organizaciones locales como el Observatorio de Violencia Social y de Género en Aguascalientes y La Alameda, a nivel nacional, circulan al menos siete búsquedas de mujeres desaparecidas, una de ellas menor de edad cuando se le perdió el rastro.