El municipio español de Mislata,
cerca de Valencia, echó a andar una campaña para terminar la desagradable
situación de encontrarse con las heces de las mascotas en las calles.
Para conseguir buenos resultados no
se van a limitar a la invitación de un comportamiento cívico o a las amenazas
si no lo hacen, crearán un banco genético de ADN con la información de todos
los perros del municipio con el fin de identificar las heces que se encuentren
por las calles y saber quién es el dueño desobligado y multarlo.
Funcionarios de Mislata informaron
que la policía local tomará muestras de excrementos de perro recolectadas por
personal de limpieza de las calles y las llevarán a un laboratorio para su
análisis.
Los propietarios tienen hasta el 31
de diciembre para llevar a sus perros a un veterinario para que se les tome una
muestra de sangre de forma gratuita. Aquellos que no registren el ADN de su
perro se enfrentarán a multas de 300
euros (330 dólares).
Las autoridades municipales ya hicieron del
conocimiento público que serán 200 euros (220 dólares) lo que tendrán que pagar
los dueños de mascotas que no limpien la suciedad que su perro deje en las
calles de la localidad.
Una vez que la mascota esté registrada en la base de
datos de ADN, el propietario recibirá una etiqueta que deberá colocarle al
perro.
Valencia ha hecho su propio intento para mantener las
aceras limpias; ofrece pinzas de cartón desechables que permiten al dueño de
perro remover las heces de manera más higiénica. Existen esquemas similares a
los de Mislata en Estados Unidos y Reino Unido, sólo que no tienen el alcance
que se propone este municipio; que se sepa de quién es el excremento, sin lugar
a dudas.