Padres de familia en España dicen “no más tareas”

Le llaman la “huelga de deberes” y
pretende dejar de hacer las tareas durante los fines de semana de noviembre; ha
sido convocada por la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres
de Alumnos (CEAPA), una red que representa a unas 12 mil de las más de 18 mil escuelas
públicas del país.

La iniciativa, sin precedentes, va dirigida en
principio a los alumnos de primaria, secundaria y bachillerato, es decir desde
los 6 hasta los 18 años.

La iniciativa parte del hecho del
“absoluto convencimiento de que los deberes están siendo perjudiciales”
para los niños, al dificultar su desarrollo integral más allá de los
conocimientos puramente académicos, explica José Luis Pazos, presidente de la
CEAPA.

España es el quinto país (de un total de 38
estudiados) con la mayor carga de tareas para los alumnos después de Rusia,
Italia, Irlanda y Polonia, 6.5 horas a la semana frente a una media de 4.9,
según la edición 2012 del informe PISA de educación, elaborado por la OCDE. Según
este mismo informe, en México los alumnos pasan 6 horas a las semana haciendo
tarea.

Dicha carga no se traduce en un mejor
rendimiento de los alumnos españoles, a los que este informe da
tradicionalmente una puntuación mediocre en matemáticas, lectura y ciencia. Lo
mismo pasa con México, número 53 en los resultados de matemáticas, por ejemplo.

En cambio, en Finlandia y Corea del Sur, dos
de los países con mejores resultados según el informe PISA, la media de tareas
a la semana es inferior a tres horas.

La Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE) reconocía a fines de 2014 que, a la luz de las
estadísticas del informe PISA, la carga de tareas “no suele estar
relacionada con el rendimiento global del sistema escolar”.

José Luis Pazos sostiene que hay un problema
de fondo con la educación en España, todavía muy apegada al método tradicional
de memorización. Según él, en una sociedad en la que es tan fácil acceder a
infinidad de datos, “lo que les tenemos que enseñar a los niños no es a
que memoricen, sino a gestionar la información, a ser críticos, a seleccionar
lo que vale y lo que no vale, y lo que necesitan en su día a día. La sociedad
ha cambiado profundamente a su alrededor, pero el ambiente en el aula no”,
critica.