La
mayoría de los asesinos del mundo son hombres, en una población de 50 por
ciento varones y 50 por ciento mujeres, de acuerdo al estudio mundial sobre homicidio publicado por Naciones Unidas.
Si bien las razones se desconocen a ciencia cierta, se especula que las causas podrían ir desde la testosterona hasta la socialización.
Los porcentajes del estudio de UNODC son más o menos
constantes de país a país y entre regiones, independientemente de la tipología
del homicidio o del arma empleada. “Los homicidios son principalmente un problema de hombres, desde la
perspectiva no sólo de los perpetradores sino de las víctimas, y en su mayoría
involucra a menores de 30 años”, señala Enrico Bisogno, jefe de la unidad de
desarrollo de datos de la UNODC.
En un informe publicado en marzo por el Consejo
Económico y Social de las Naciones Unidas sobre las tendencias de la
delincuencia a nivel mundial, se afirma que alrededor de 80 por ciento de las víctimas de homicidio
intencional en todo el planeta son hombres. Y añade: “90 por ciento de quienes cometen homicidio
en el mundo son hombres, y la tasa es similar en todas las regiones”,
indica el reporte.
Según Bisogno, los homicidios cometidos en los
espacios públicos son generalmente perpetrados por hombres contra hombres,
mientras que en la esfera doméstica en la mayoría de los casos las víctimas son
mujeres, asesinadas por sus parejas, exparejas o familiares.
“Los hombres son asesinados por
alguien que ni siquiera conocen, en cambio, casi la mitad de todas las mujeres
víctimas son asesinadas por las personas más cercanas a ellas”, asegura la
UNODC.
La concentración de asesinatos entre hombres es una de las constantes más firmes de la
criminología, apunta el director del Instituto de Criminología de la
Universidad de Cambridge, Lawrence Sherman.
Para Bisogno, es importante ir más allá de lo que
pudiese parecer obvio: los roles del hombre y la mujer en ciertas sociedades,
el consumo de alcohol, el acceso a armas de fuego, la tendencia masculina a
participar en pandillas o en actividades del crimen organizado.
De acuerdo con Antonio Andrés Pueyo, profesor de
psicología y criminología de la Universidad de Barcelona, los hombres son más
violentos físicamente, más agresivos que las mujeres por la preponderancia de la testosterona; “desde el punto de vista
hormonal parece explicar en parte que la mayoría de los asesinatos los cometen
hombres jóvenes, pero en los asesinatos de pareja, pesan otros factores no tan
biológicos”.
El profesor Sherman considera que existen factores
culturales, sociales y políticos que se correlacionan para incidir en la
inmensa diferencia en las tasas de homicidios cometidos por hombres y mujeres.
“Tomos de investigaciones sociológicas demuestran que
los niños y los hombres son socialmente recompensados por ser físicamente
fuertes y dominantes y socialmente
ridiculizados si se muestran débiles o sumisos”, explica la profesora de
Sociología de la Universidad de Harvard, Jocelyn Viterna; “la impresionante
diferencia en las tasas de homicidio por género es, desde un punto de vista
sociológico, claramente enraizado en la
socialización de género”.
Al hablar de la personalidad de un homicida, explica
Pueyo, hay dos factores que son clave: su actitud hacia la violencia y su
impulsividad o temperamento. Ambos
elementos se dan indistintamente en hombres y mujeres: “Cuando la persona ya
sea por venganza, por celos, por envidia o por cualquier otra razón cree que el
homicidio es tolerable, justificable”. Y es
así como mujeres y hombres llegan a mostrar la misma crueldad.