La negativa de Donald Trump de reconocer los resultados de la elección presidencial del próximo 8 de noviembre, independientemente de si le son favorables o no, parece amenazar la transición política en Estados Unidos, algo que, en palabras del moderador del último debate presidencial, Chris Wallace, es una de las cuestiones de la que más se enorgullecen los estadounidenses.
“Veré eso en el momento oportuno. Pero lo que he visto hasta ahora es muy malo”, dijo Trump la noche de ayer tras ser cuestionado sobre sus afirmaciones de que el proceso está amañado y ante su reiterativa postura de no reconocer una derrota. El republicano dijo durante el último debate que uno de los problemas más graves son los medios: “la prensa es tan deshonesta y tan corrupta, y han envenenado la mente de los electores. Afortunadamente, pienso que los electores están viendo más allá”.
En tanto, Clinton dijo sentirse “horrorizada” de tener por delante un adversario en una campaña electoral que no cree en el sistema electoral. Trump “denigra y hunde nuestra democracia. Yo me siento horrorizada que alguien que es candidato por uno de los dos mayores partidos del país adopte una posición como ésta”, expresó Clinton en el en último debate presidencial en Las Vegas.
Agregó que “esa no es la forma en que nuestra democracia funciona”, y apuntó que los candidatos “hemos aceptado los resultados inclusive cuando no nos guste. Es lo que debemos esperar de cualquier que esté en este debate”.
Pese a ello, Trump insistió este jueves en solo reconocer lo resultados si él resulta vencedor, y además de reservarse el derecho de apelar a la justicia en caso de que lo considere “cuestionable”.
“Aceptaré un resultado claro de las elecciones, pero también me reservo el derecho de responder y presentar cargos legales en caso de un resultado cuestionable”, dijo Trump durante un acto en la ciudad de Delaware, en Ohio.
En ese mismo discurso, Trump había adelantado que aceptaría el resultado de la elección presidencial pero generó confusión al añadir que eso sólo podría ocurrir si él resultaba el vencedor.
“Quiero prometer a todos mis electores (…) que aceptaré totalmente los resultados de esta grandiosa e histórica elección presidencial”, dijo Trump, antes de añadir: “si soy el ganador”.
La polémica que ha suscitado la aceptación de resultados ha generado una onda expansiva al resto del partido Republicano, que en la elección desea consolidar su mayoría en las dos cámaras del Congreso.
Robert Erikson, profesor de Ciencias Políticas de la universidad de Columbia, dijo a la agencia AFP que en este nuevo escenario será necesario ver si los aspirantes del partido republicano al Congreso seguirán el liderazgo de Trump o permanecerán alineados con la dirección partidaria.
“Hillary Clinton probablemente ganará la elección presidencial, pero la cuestión ahora es: ¿cuál será el efecto sobre los candidatos republicanos al Senado y a la Cámara de Representantes?”, dijo Erikson.
Para él, “los republicanos están con temor de lo que pueda hacer Trump en las próximas tres semanas” antes de la elección del 8 de noviembre.
Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representantes (y líder republicano con mayor cargo electivo en el país) ya se distanció formalmente de la campaña de Trump y dijo que el partido debería concentrarse en mantener su mayoría en el Congreso.
¿Qué pasará si Trump pierde?
Trump ha pedido a sus simpatizantes que acudan en masa a votar en ciudades donde son minoría y que estén atentos a cualquier señal de fraude. Pero lo que realmente ocurrirá si Trump pierde es una incógnita, pues se está en terreno desconocido: un candidato que denuncia un fraude incluso antes de la votación en un país con un sistema altamente descentralizado en el un fraude es prácticamente imposible.
“Creo que Trump está jugando con fuego y ha estado jugando con fuego muchos, muchos meses”, aseguró Matt Dallek, profesor asociado de Gestión Política en la Universidad George Washington a la AFP. “Creo que está in crescendo”.
El experto afirma que no hay que excluir la violencia. En Estados Unidos hay más armas que personas, por lo que sólo se necesita a un seguidor de Trump enfadado y armado para que haya una tragedia.
“No quiero llamar violentos a los seguidores de Trump, pero estarán muy enfadados” si pierde, aseguró Joseph Wells, un estudiante universitario de 18 años que votará por primera vez, durante un mitin del republicano en Wisconsin. “Seré honesto, tengo algo de miedo de ver qué pasará durante las elecciones y al día siguiente”, reconoció.
David Clarke, un sheriff partidario de Trump que alarmó a la opinión pública llamando a una revuelta armada hace un tiempo, volvió a alentar a las masas el lunes en el acto de Wisconsin. “Seguiré diciéndolo: es tiempo de antorchas y horquetas en Estados Unidos”, dijo el oficial de Milwaukee, desatando la ovación del público.
La posibilidad de que estalle la violencia disminuye si Clinton gana con una gran ventaja y si los republicanos que apoyan a Trump admiten que las elecciones han sido limpias, refirió a la AFP Timothy Frye, jefe del departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Columbia.
“Una cosa muy importante será el comportamiento de otros políticos”, aseguró. Mike Pence, compañero de fórmula del multimillonario, ya ha pedido respetar los resultados.
El presidente Barack Obama, de su lado, no se ha mantenido al margen de las provocaciones de Trump al calificar sus comentarios de “irresponsables”. “¿Reclamar antes del fin de la partida? Entonces no tienes lo que se necesita para este trabajo”, afirmó.
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