Gobierno venezolano ve “desestabilización” en marcha opositora

Seguidores del presidente venezolano, Nicolás Maduro, se manifiestan este martes en una nueva jornada de tensiones en el país sudamericano como parte de una contraofensiva a la marcha convocada para este jueves por la oposición que exige el referendo revocatorio contra el mandatario.

Bajo el nombre de “Toma deVenezuela”, chavistas vestidos de rojo se concentraron en Caracas y en otros puntos del país en apoyo a Maduro.

“Éste es el pueblo chavista en la calle para manifestar su respaldo al presidente Maduro y defender un proyecto político”, declaró, al encabezar la manifestación, el número dos del chavismo, Diosdado Cabello, quien acusó a la oposición de planear un golpe de Estado.

En ese mismo sentido se expresó el ministro del Interior, el general Néstor Reverol, quien aseguró contar con informes de inteligencia de que habrá “actos de violencia y de desestabilización” en la marcha opositora.

“Se presumen actos de violencia y desestabilización (…). Nosotros tenemos gente capacitada, adiestrada, equipada para atender cualquier evento que lleve a una alteración grave del orden público”, aseguró el ministro, al encabezar una reunión sobre el dispositivo de seguridad con jefes policiales.

Reverol advirtió que las fuerzas de seguridad estarán “alertas ante cualquier circunstancia”, luego de que las autoridades enviaran a prisión a dos dirigentes opositores acusados de estar preparando actos violentos para ese día.

La oposición insiste en que su marcha será pacífica y ha acusado al gobierno de ser el que busca la violencia al convocar ‘contramarchas’ ese día, y con declaraciones que buscan amedrentar a los venezolanos para que no salgan a marchar.

“Que nadie se deje intimidar”, llamó el líder opositor Henrique Capriles, quien en entrevista con la AFP aseguró que ahora inicia una nueva etapa de movilizaciones para obligar al gobierno a aceptar el referendo.

En tanto, diputados de la mayoría opositora en el Parlamento denunciaron este martes “persecución” contra dirigentes de la MUD. La oposición asegura que el gobierno está “amedrentando” a sus seguidores para evitar que se manifiesten.

“Se ve venir una escalada selectiva para aislar a dirigentes” de la MUD, aseguró este martes el jefe parlamentario, el férreo antichavista Henry Ramos Allup.

Las autoridades venezolanas enviaron el sábado a prisión al exalcalde opositor Daniel Ceballos, que estaba en arresto domiciliario desde hace un año, acusándolo de planear su fuga y preparar actos violentos para el jueves.

El lunes, detuvieron en Caracas al opositor Yon Goicoechea, acusado de portar detonantes para explosivos que según el gobierno serían usados en la marcha.

La oposición rechazó las acusaciones.

“Ni siquiera metiéndonos presos a todos van a evitar que la gente salga a luchar por un cambio democrático, electoral y pacífico”, expresó el diputado opositor Tomás Guanipa, quien acusó al gobierno de “sembrar” pruebas contra Goicoechea.

El Sindicato de Periodistas ha denunciado un ambiente difícil para la prensa. Desconocidos lanzaron este martes bombas incendiarias contra el diario El Nacional, de línea opositora, en tanto que periodistas de la cadena árabe Al Jazeera que viajaron aVenezuela para cubrir la marcha no fueron admitidos al llegar al aeropuerto.

Maduro denunció que la oposición organiza un golpe de Estado conducido desde el exterior por Estados Unidos, por lo que el dirigente chavista Jorge Rodríguez sentenció este martes, en la manifestación, que al centro de Caracas los opositores “no van a entrar”.

La Iglesia Católica venezolana pidió este martes al gobierno respetar “el legítimo derecho” a la manifestación. La oposición ha denunciado que las autoridades están impidiendo a seguidores llegar desde otras regiones del país.

Con su marcha, la MUD exigirá al Consejo Nacional Electoral (CNE) la fecha exacta y puntos de recolección de cuatro millones de firmas que requiere la convocatoria del referendo.

La oposición busca que el revocatorio se celebre este año para que se convoque a elecciones, porque si se hace después del 10 de enero de 2017 y Maduro pierde, su vicepresidente completaría los dos años restantes de su mandato.