El mortal terremoto que destruyó el miércoles varios pueblos del centro de Italia dejó 267 muertos y 387 heridos hospitalizados, según un nuevo balance comunicado el viernes por la Protección Civil italiana.
No obstante, la jefa del departamento de Situaciones de Emergencia de Protección Civil, Immacolata Postiglione, no dio cuenta de ningún nuevo superviviente, durante la rueda de prensa.
Los socorristas continuaban buscando entre los escombros por si hubiera algún superviviente más de 48 horas después de que se produjera el temblor de tierra de magnitud 6.0.
El jueves por la noche, el gobierno decretó el estado de emergencia en las regiones afectadas y anunció una partida de 50 millones de euros para paliar los daños del sismo
Además, el ejecutivo anunció un nuevo plan de prevención antisísmica después de que el terremoto dejara un balance de muertos tan elevado en una zona en la que, sin embargo, se sabía que había riesgo de temblores.
Se reduce la esperanza de encontrar sobrevivientes
Los equipos de rescate seguían buscando intensamente posibles sobrevivientes entre los escombros de los pueblos italianos arrasados por el terremoto, pese a que se redujo la esperanza de encontrar personas vivas y se extraen sólo cadáveres.
Italia declaró el sábado día de luto nacional cuando se celebrarán los primeros funerales de cincuenta víctimas del sismo en Arquata del Tronto, una de las tres aldeas arrasadas por el fuerte sismo.
A la ceremonia, que se realizará en Ascoli Piceno asistirá el presidente de la República, Sergio Mattarella.
Decenas de réplicas registradas durante toda la noche, incluyendo una de 4.8 de magnitud, generó pánico entre los damnificados y socorristas por temor de más derrumbes.
En total 238 personas fueron extraídos con vida de los escombros desde la madrugada del miércoles.
La portavoz de la Protección Civil, Immacolata Postiglione, precisó que no fueron hallados sobrevivientes durante las excavaciones de la noche del jueves y sólo fueron extraídos cadáveres.
“No hay nadie bajo los escombros aquí, tal vez en Amatrice todavía hay esperanza de encontrar a alguien”, aseguró esperanzado un sobreviviente, Fabrizio Mecozzi, de la aldea de San Lorenzo Flaviano.
Tanto en el frío de la noche como bajo el calor sofocante del día, los socorristas excavan sin cesar bajo los cúmulos de piedras y desechos.
La incógnita sobre el número de desaparecidos pesa, ya que en esos pueblos pintorescos y turísticos la población se triplica en verano y es difícil establecer cuántas personas estaban presentes en el momento de la tragedia.