Alan Plascencia tiene 15 años y es, según su camarada y mentor Jorge Ledesma, el próximo gran talento del skateboarding en Aguascalientes.
Delgado, alto, de ojos bonitos y sonrisa grande, Alan es uno de los chicos a los que Jorge quiere alejar de las drogas, un vicio común -reconoce- en la comunidad del skate. Para eso ha lanzado “Crear Spot”, una iniciativa que busca generar infraestructura para la práctica de este deporte y con la que quiere empezar una asociación civil que luche contra la drogadicción.
“Sí hay mucha gente que está involucrada en eso (los vicios) y créeme que sí hay gente que tiene un buen talento en este deporte. El punto es ese: alejar a las personas con talento de los vicios”, dice Jorge.
Apenas pasa del mediodía y, a escasos 10 metros de la banca del parque donde Alan y Jorge platican con Newsweek Aguascalientes, un grupo de chiquillos comparte un porro de marihuana. El mayor tendrá, si acaso, 14 años.
“¿Ves? Por eso luego no nos bajan de vagos, drogadictos”, lamenta el patinador, antes de acercarse a ellos y pedirles que dejen de fumar o se vayan.
La lucha de Chiquilladas -así le dicen a Jorge en el ambiente del skate– contra las drogas comenzó hace tiempo. Primero, con un niño que desde pequeño exhibió talento para patinar, pero al que las adicciones de sus padres terminaron por alejar del deporte.
“Andaba tras de un chavito que era así, nato. El skate se le daba así de no… Era algo sorprendente. Lo hacía ver fácil. Y él venía de familia drogadicta, su papá en la cárcel y lo ayudé mucho tiempo, pero se me fue de las manos. No sé si entiendas, pero la familia influye mucho. Tú ves a tus papás como héroes y él, yo creo que se fue por el lado de la familia. Dije: ‘ya no puedo hacer nada por él”, recuerda el patinador de 27 años.
Después tuvo casos como el de Evan, a quien empezó a ayudar desde los tres años y que a sus 11 ya patina para grandes marcas nacionales, apoyado por su padre Daniel.
La historia de Alan también tiene que ver con su familia, pero no con drogas. Cuando le dijo a su padre que quería patinar, él le compró su primera patineta y hasta la fecha, cuenta el muchacho, es quien lo anima a seguir practicando.
“Me la compró. Chafita, de las de bodega, pero me empezó a apasionar y me apoyó siempre. Me llevó a los parques. Yo ya me quería ir y él no me dejaba, quería que hiciera el truco y que lo bajara bien, como es. Y pues ahorita estoy aquí compitiendo. He competido aquí y ganado lugares”, platica.
La facilidad con que las drogas se mezclan en el mundo del skate es una de las principales razones por la que quienes lo practican discriminados en Aguascalientes y en México. La ropa holgada, los piercings y los tatuajes, son otra.
“Lidiar con la policía, con la gente, escuchar las malas palabras de la gente… Te tachan hasta de lo que no. Pero, empiezas a lidiar con eso y ya no te importa”, dice Jorge.
“No te escuchan. La mayoría de las veces piensan que ellos tienen la razón, no ven más allá de lo que es el skate”, añade Alan.
Mientras él y otros adolescente calientan con saltos sobre una escalinata y un barandal del parque, una señora se molesta porque estorban. Otros les lanzan miradas despectivas o se hacen a un lado, probablemente sin saber que ahí ruedan potenciales medallistas olímpicos: el Comité Olímpico Internacional (COI) anunció en agosto que el skate, junto con el karate, el beisbol, el surf y la escalada, será disciplina olímpica a partir de los juegos de Tokio 2020.
Chiquilladas no está muy convencido de lo que eso pueda significar para el deporte.
“Sí es algo que la gente va a ver como algo bueno, porque mucha gente lo ve como un crimen. (Nos ve) como gente viciosa, como ‘¡ay, mugre vago, sin oficio ni beneficio!’”, evalúa, “pero el skate viene de la calle, como el futbol, como otros deportes, pero es un deporte extremo y, ¿a nosotros en qué nos beneficia? El viaje, ida y venida, la paseada nadie nos la quita. Pero ¿quién se queda ese dinero? ¿A nosotros qué nos toca?”.
La experiencia de Chiquilladas como gestor, cazatalentos y patrocinador de skate, junto con las críticas que la Conade y el Comité Olímpico Mexicano han recibido durante los juegos Río 2016, dejan un margen muy estrecho para debatir su postura.
Pero para Alan es una posibilidad. A través de Crear Spot y otros eventos, dice que quiere seguir practicando. Su meta: “llegar a lo más alto”.