La voz de mamá, un sonido único

Las hembras delfines, a un mes de parir, cantan a sus
bebés –todavía en el útero– para que vayan identificando el sonido particular de
su madre, asegura Audra Ames, de la universidad Southern Mississippi, en
Estados Unidos, y agrega que durante las primeras dos semanas después del
nacimiento, la madre incrementa la intensidad de sus silbidos, y los otros
animales adultos la bajan, para facilitarle a la cría tan importante tarea.

‘Todo esto sugiere que parte del proceso de
aprendizaje del silbido de la madre ocurre en el útero’, anota la doctora Ames
en el ensayo que presentó en la Asociación Estadounidense de Psicología.

‘Lo que pueden estar haciendo los demás delfines al
permanecer casi callados, es evitar que el bebé aprenda el silbido equivocado,
y se confunda después’, comenta la especialista. Una vez que la madre deja de
realizar estas repeticiones, los otros empiezan a producir sus propios silbidos
con una intensidad más alta.

El descubrimiento refuerza la teoría de que estos
animales hacen evolucionar sus habilidades de la misma forma que los humanos. ‘Nosotros
vemos cómo en el último trimestre de embarazo los bebés humanos desarrollan una
preferencia por la voz de la madre’, agrega la experta.

Para la investigación, el equipo grabó 80 horas de
audio de cinco delfines adultos durante dos meses antes y después del
nacimiento de un delfín, al que más tarde llamaron Mira. Descubrieron que la
madre, Bella, produjo un silbido nuevo en las semanas previas al parto, que se
mantuvo semanas después.

Los bebés delfín no desarrollan su silbido hasta que
cumplen dos meses, más o menos. Ese será su nombre, único e inconfundible.

El doctor Vincent Janik, de la unidad de investigación
sobre mamíferos marinos de la Universidad de St. Andrews, en Escocia, Reino
Unido, dice que los delfines responden individualmente cuando escuchan el
llamado de su ‘nombre’.

Hacía tiempo que los científicos sospechaban que estos
mamíferos utilizan silbidos distintivos de una manera similar a los humanos con
relación a los apelativos.

“Estos animales se mueven en un ambiente en el que
necesitan un sistema muy eficaz para estar en contacto”, puntualiza Janik.
Explica que los delfines viven en alta mar, sin puntos de referencia y
necesitan estar cerca los unos de los otros, en grupo.

“Si pensamos en un delfín hembra, por ejemplo, su bebé
depende durante tres años de la leche de la madre. No habitan un lugar
concreto, tienen que nadar todo el tiempo y la madre no puede sostener al bebé;
perderse es un riesgo muy real”. La mayor parte del tiempo no se ven unos a
otros, no se huelen, y no obedecen rutas específicas, no tienen madrigueras ni
nidos a los que regresar. Esa es la razón principal por la que los delfines necesitan
este sistema de comunicación tan eficiente, completa el experto.

Para la investigación, el equipo comandado Janik grabó
a un grupo de delfines silvestres, registrando en audio los sonidos distintivos
de cada animal. El equipo cree que los delfines actúan como los humanos:
responden cuando escuchan su nombre.