Hay personas que pierden el
hilo de la conversación porque –literalmente– pasa una mosca por enfrente de su
cara, o aquellos que sólo pueden atender un asunto a la vez. No es cuestión de carácter o educación, la
culpa la tiene un grupo de neuronas del lóbulo parietal superior del hemisferio
izquierdo,según
un estudio de la revista Journal of Neuroscience.
Suena contradictorio:
a mayor número de neuronas, menor capacidad de concentración.
Ryota Kanai, investigador del
University College de Londres y coautor del estudio, explica que algunas
personas son especialmente susceptibles a distraerse mirando el correo
electrónico, su timeline de Twitter o el muro de Facebook. Para saber si hay
alguna base anatómica del despiste, Kanai analizó el cerebro de 145 sujetos que
habían contestado previamente un cuestionario que calculaba la tendencia a la
distracción en la vida cotidiana, como olvidar qué han ido a comprar cuando
llegan al supermercado o dónde han estacionado el auto, y cosas por el estilo.
Los resultados mostraron que había
ciertas diferencias cerebrales relacionadas con la capacidad de mantener la
atención. En particular, cuanto mayor era el número de neuronas, mayor era su
tendencia a la distracción.
Casi todos los cuerpos
neuronales en el cerebro están en la sustancia gris, formando regiones
involucradas, entre otros, en el control muscular, la percepción sensorial, la
memoria, las emociones, la toma de decisiones o el auto control. El cerebro utiliza
20% del oxígeno de todo el cuerpo; de esta cantidad, 95% se lo lleva la materia
gris, así de alto es el consumo energético de estas células en comparación con
las del resto del organismo.
La creencia que asocia la
materia gris con mayor inteligencia no ha llegado a ser comprobada. Diversos
estudios muestran que los niños autistas presentan mayor materia gris en áreas
cerebrales vinculadas con la empatía y el aprendizaje por observación. Esto
indica que un exceso de materia gris no es algo necesariamente positivo. De
hecho, mayor volumen de materia gris en un cerebro en desarrollo reflejaría
inmadurez; indicaría que las conexiones neuronales no se desarrollaron de forma
apropiada.
La hipótesis que manejan Kanai y sus colegas es
que a medida que el cerebro madura se destruyen algunas neuronas y conexiones
nerviosas, y ese proceso ayuda al control de la atención; las personas con más
materia gris en la corteza cerebral serían también un poco más infantiles y, en
consecuencia, algo más distraídas.