Especialistas de
la Fundación Mexicana de Dermatología señalan que el bronceado no es saludable,
y explican que ese cambio de color tan atractivo para los vacacionistas es en
realidad una manera en que la piel protesta por el daño que le propinan. La
radiación se acumula, y el sol pasa factura con los años. Es necesario usar
bloqueador solar, y ser especialmente cuidadosos con los bebés, detalla María
Guadalupe Ortiz Pedroza, especialista del Instituto Nacional de Ciencias
Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.
Además, explica el
fenómeno de la fotodermatosis, que son manchas en la piel por la interacción de
los rayos ultra violeta y el jugo de cítricos que, por ejemplo, se queda en los
dedos después de exprimir un limón en la comida, o en la cara cuando se come
una naranja.
Los dermatólogos
María Guadalupe Ortiz Pedroza, José Manuel Díaz González y Rossana Llergo
Valdez advierten que con esas prácticas se corren riesgos que van desde dejar
marcas permanentes, hasta el desarrollo del cáncer en la piel; al interactuar
el jugo de algún cítrico con el sol en la dermis, se producen manchas de color
café y lesiones rojas que en ocasiones se convierten en ampollas, dependiendo
de la cantidad de sustancia y el tiempo de exposición solar. Ese efecto también
puede ser causado el uso de perfumes y cremas contra el acné mientras se asolea.
Recomendación
importante: evaluar si conviene estar entre las 10:00 y las 16:00 horas en la
playa o en la alberca, porque es cuando la radiación tiene mayor fuerza, y el agua
y la arena de la playa actúan como espejos que potencian el impacto del sol. Si
sí van a andar fuera, hay que ponerse bloqueador en abundancia y lucir un lindo
sombrero.
Respecto
a cuánto tiempo aguardar para entrar de nuevo al agua después de comer, vale
considerar lo que señala Ana Bellon, especialista española en Medicina Familiar
y Comunitaria: “La digestión no es corta, de hecho, es un proceso que no se
detiene; puede durar dos horas, diez horas, dos días”. Explica que el síncope
de hidrocución (o golpe de agua o corte de digestión) ocurre si expones el
cuerpo a un cambio brusco de temperatura. Es decir, si acabamos de comer y nos
echamos un clavado al agua fría, es muy probable que se presente una súbita
pérdida de conocimiento. Conclusión: hay que entrar al agua poco a poquito,
nunca por zambullida.
Una más: tengan
cuidado con las trencitas que se ofrecen en las playas de México; para
facilitar el peinado, utilizan ciertas substancias que pueden causar alergia en
el cuero cabelludo, y por la fuerza con la que sujetan el cabello, dejarles un
pedazo ‘pelón’, que se llama alopecia por tracción.
La última: una
infección frecuente en zonas tropicales es la causada por la larva migrans,
que al principio se siente un piquete y en los días siguientes se enrojece la
piel y salen ampollas de diferentes tamaños. La forma más común de contraerla
es caminar descalzo en la arena; la playa es ideal para el desarrollo de este
parásito, y ataca, sobre todo, las plantas de los pies.
Felices vacaciones.