Al menos 42 bebés nacieron tras las rejas de una cárcel o centro de reinserción social que existen en Hidalgo en el último quinquenio.
De acuerdo con reportes del gobierno estatal, se muestra que ni siquiera el encierro ha impedido que la maternidad siga presente entre la población femenina de las cinco cárceles distritales y los doce centro de reinserción social para adultos existentes.
Los reglamentos internos impiden que niños mayores a los cuatro años convivan de manera permanente con sus madres, razón por la cual las internas en cualquiera de los centros deben renunciar a esa cercanía y son separadas de sus hijos en cuanto cumplen esa edad.
Son cuatro años donde muchos de los 42 bebés registrados conocieron el mundo a través de las rejas de las prisiones hidalguenses, principalmente de la ubicadoa en Pachuca, que reportó el nacimiento de 18 bebés.
Al menos 13 de ellos fueron concebidos durante 2015, mientras que el resto fue alumbrado en 2013.
Las historias de los bebés fluyen de manera natural entre ellas. Mary es una niña de cachetes cuarteados por el sol y la mugre, que durante sus casi dos años de vida no ha conocido más allá de las paredes del reclusorio de Pachuca, donde nació.
Bajo el delito de lesiones, su madre cumple un tedioso proceso que busca allanar las nuevas formas penales para alcanzar la calle lo más pronto posible; sin embargo, todo parece que se obstina en no dejarla libre.
Una sola visita íntima fue suficiente para que ella quedara embarazada de su pareja sentimental, que sólo de forma esporádica acude a la visita los domingos o lo jueves, bajo el pretexto de no tener dinero para viajar hasta la capital hidalguense.
La ausencia se hizo más larga al conocer que iba a ser padre y casi en forma automática sólo de vez en cuando recibe las llamadas telefónicas que le hace la interna.
Hermanas y madre de ella son quienes se alegran y le alegran la vida a la muchacha que busca por todos los medios hacer lo menos pesada su estancia en ese lugar.
En Hidalgo la población femenina representa 10 por ciento del total de internos en el sistema penitenciario, y es justamente Pachuca es donde se aglutina el mayor número de mujeres.