LOS CIENTÍFICOS LOGRARON REVERTIR de manera “sorprendente” la enfermedad de Alzheimer en ratones al restaurar la función normal de la vasculatura cerebral, es decir, la red de vasos sanguíneos que suministra oxígeno y nutrientes al cerebro.
El avance, desarrollado por investigadores del Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC) y del Hospital de China Occidental de la Universidad de Sichuan (WCHSU), con la colaboración de especialistas del Reino Unido, se consiguió mediante nanotecnología.
“Nuestro estudio mostró una eficacia notable al eliminar rápidamente la proteína amiloide-β —principal desecho asociado con el alzhéimer—, lo que permitió recuperar la función saludable de la barrera hematoencefálica y revertir de forma sorprendente la patología de la enfermedad”, explicó Lorena Ruiz Pérez, investigadora del grupo de Biónica Molecular del IBEC.
A diferencia de la nanomedicina convencional, que utiliza nanopartículas como vehículos para transportar moléculas terapéuticas, este enfoque emplea nanopartículas que actúan directamente como agentes terapéuticos, conocidas como fármacos supramoleculares.
En lugar de apuntar a las neuronas u otras células cerebrales, la terapia restablece la función adecuada de la barrera hematoencefálica (BHE), el “guardián vascular” que regula el entorno del cerebro, según los investigadores.
“Al restaurar este ‘guardián’, ayudamos al cerebro a reequilibrarse y a hacer que cualquier otra terapia funcione mejor”, dijo a Newsweek Giuseppe Battaglia, profesor de investigación en el IBEC.
Hoy en día, ningún tratamiento revierte el alzhéimer de forma fiable; en el mejor de los casos, ralentiza algunos aspectos del deterioro. Los resultados apuntan a una nueva vía: reparar la barrera que mantiene la salud cerebral.
UNA TERAPIA QUE RESTAURA LAS DEFENSAS PROPIAS DEL CEREBRO
De acuerdo con Battaglia, una terapia que restaure las defensas propias del cerebro podría significar “menos deterioros diarios, periodos más largos de independencia y mejores respuestas a los medicamentos existentes para las familias, lo que podría traducirse en un tiempo más significativo juntos y una menor carga de cuidado”. Los hallazgos resaltan la importancia de la salud vascular y el vínculo entre enfermedades como la demencia y el alzhéimer con un sistema vascular comprometido.
El equipo demostró que al apuntar a un mecanismo específico era posible que las “proteínas de desecho indeseables”, producidas en el cerebro, atravesaran la barrera hematoencefálica y se eliminaran en el flujo sanguíneo.
En el alzhéimer, la acumulación de Aβ afecta el funcionamiento normal de las neuronas. El sistema natural de depuración del cerebro para especies tóxicas, como esta proteína, deja de funcionar correctamente. En el estudio los investigadores utilizaron modelos de ratones genéticamente programados para producir mayores cantidades de Aβ y desarrollar un deterioro cognitivo significativo que imitara la enfermedad de Alzheimer.
“Solo una hora después de la inyección [de los medicamentos supramoleculares] observamos una reducción del 50-60 por ciento en la cantidad de Aβ dentro del cerebro”, señaló el autor del estudio Junyang Chen.
“Los animales muestran una recuperación funcional duradera meses después, lo que sugiere beneficios duraderos, no solo un efecto a corto plazo”, afirmó Battaglia. “No se observaron daños ni toxicidad en los animales; toleraron bien la terapia”.
EL FUTURO DEL ESTUDIO
En un experimento trataron a un ratón de 12 meses (equivalente a un humano de 60 años) con las nanopartículas. Al analizar su comportamiento y memoria después de seis meses, descubrieron que el animal, que entonces tenía 18 meses (equivalente a un humano de 90 años), había recuperado el comportamiento de un ratón sano. Sin embargo, se necesita más investigación para ver cómo se traducen estos hallazgos en humanos, a tenor de los autores.
“La barrera hematoencefálica cumple una función similar en todos nosotros. Si logramos activar de forma segura la misma recuperación de la función de barrera en las personas, prevemos una mejor gestión del cerebro: un aporte de nutrientes más estable, una menor inflamación y una eliminación más eficaz de las proteínas tóxicas. Esta combinación podría ralentizar la progresión de la enfermedad y potenciar el impacto de otros tratamientos”, señaló Battaglia. N
(Con información de Hannah Millington / Newsweek Internacional)