Generación Z: por qué más jóvenes justifican la violencia política y qué les preocupa a los expertos

UN DÍA DESPUÉS DEL ASESINATO DE CHARLIE KIRK EN UTAH, una encuesta de YouGov mostró que el 20% de la Generación Z considera que la violencia puede estar justificada a veces para alcanzar objetivos políticos.

El sondeo de Estados Unidos coincide con una serie de ataques y atentados políticamente motivados registrados en el último año, y alimenta el debate sobre por qué los jóvenes son más receptivos a la violencia política.

Expertos señalan factores conocidos como la frustración por el costo de la vida y la desafección hacia las instituciones junto con nuevos elementos, como la influencia de las redes sociales y cambios culturales en expectativas de género.

TENDENCIAS Y CASOS RECIENTES

En 2024, el presidente Donald Trump fue víctima de un intento de asesinato durante un mitin en Butler, Pensilvania, en el que recibió un disparo en la oreja. En diciembre de ese año, el director ejecutivo de UnitedHealthcare, Brian Thompson, fue asesinado en Nueva York en plena vía pública mientras se dirigía a la convención anual de inversores. Y el 10 de septiembre de este año, Charlie Kirk fue abatido en el campus de la Universidad de Utah Valley; Tyler Robinson, de 22 años, fue acusado por ese homicidio. En los tres ataques los sospechosos son hombres de la Generación Z.

Aunque las motivaciones precisas de algunos atacantes siguen sin estar claras, documentos judiciales sugieren dinámicas personales y políticas. (hoo-me / MediaPunch /IPX)

Las motivaciones atribuidas a los atacantes varían. Los fiscales sostienen que Luigi Mangione, de 27 años y señalado como autor del asesinato de Brian Thompson, actuó movido por un odio ideológico contra la industria aseguradora; en un cuaderno hallado se refería a los aseguradores como “parásitos” y culpaba a las compañías por la explotación corporativa. En el caso de Kirk, funcionarios y miembros del Partido Republicano han calificado el asesinato como “motivación política”.

MOTIVACIONES POLÍTICAS Y CAMBIOS CULTURALES

Aunque las motivaciones precisas de algunos atacantes siguen sin estar claras, documentos judiciales sugieren dinámicas personales y políticas: en el expediente sobre Tyler Robinson se indica que, en el último año, su madre notó un giro en las posiciones políticas de su hijo hacia posturas más “progresistas” y mayor apoyo a personas gay y trans, en contraste con sus progenitores. En tanto, el sospechoso del intento contra Trump, Thomas Matthew Crooks, de 20 años, presentó búsquedas en línea sobre ambos presidentes y fotografías de figuras públicas de los dos partidos, aunque parece haberse centrado especialmente en Trump.

Los analistas advierten que la confluencia de frustraciones económicas, crisis climática, conflictos geopolíticos y la dinámica de las plataformas digitales está erosionando la confianza de los jóvenes en la democracia. Un sondeo internacional de 2023 en 30 países mostró divisiones generacionales agudas: entre los más jóvenes, 42% apoyó el gobierno militar frente a 20% entre los mayores, y una tercera parte de jóvenes consideró que “un líder fuerte” que eluda elecciones es, a veces, una buena forma de gobernar. Esos datos reflejan que la fe democrática entre la Generación Z está siendo puesta a prueba.

PRESIONES SOCIALES Y VULNERABILIDAD MASCULINA

La precariedad económica emerge como un factor central. Datos de McKinsey señalan que muchos jóvenes enfrentan empleos múltiples, bajos salarios y dificultades para ahorrar; un elevado porcentaje vive al día y un gran número de inquilinos jóvenes destinan más del 30% de sus ingresos a la renta. Joan Williams, socióloga de UC Hastings College of the Law, advierte que la presión para cumplir el rol de proveedor —valorado culturalmente en 71% de los encuestados— choca con la realidad económica de muchos hombres jóvenes, lo que puede disparar reacciones de radicalización y apoyo a la violencia política.

Organizaciones y expertos señalan además la normalización de la violencia en el ecosistema mediático y la radicalización a través de plataformas digitales. Joe Jacobson, fundador del Progress Action Fund, sostiene que la generación ha sido “alimentada” con contenidos violentos y que la exposición continuada desensibiliza. Jackson Katz, cofundador de la Young Men’s Research Initiative, añade que la cultura del entretenimiento, videojuegos, películas, realidad virtual y ahora IA, contribuye a una “anestesia” frente a la violencia y, en algunos casos, a la disociación.

Katz y otros advierten que los hombres jóvenes son objetivo fácil para redes extremistas que mezclan miseria económica con discursos de odio: los grupos de la llamada “alt-right” y movimientos como los Groypers difunden mensajes nihilistas que responsabilizan a mujeres, personas trans e inmigrantes de la precariedad masculina. Aunque no hay pruebas concluyentes que vinculen a todos los atacantes recientes con esas redes, el caldo de cultivo digital y social facilita la propagación de ideologías que pueden derivar en actos violentos.

A pesar de que la mayoría de los jóvenes mantiene una creencia en la democracia, los expertos coinciden en que esa confianza está siendo puesta a prueba por condiciones económicas, culturales y tecnológicas. El desafío es doble: restablecer la viabilidad económica de la juventud y reducir la exposición y la atracción hacia contenidos extremistas en línea una tarea que requiere políticas públicas integrales, educación cívica renovada y respuestas concretas al malestar social. N

(Con información de Martha McHardy

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