Solo un neobanco local puede ofrecer verdadera inclusión para la población y las pymes de México.
UN TERCIO DE LOS MEXICANOS sigue sin tener acceso a servicios bancarios, mientras que las pequeñas y medianas empresas (pymes) carecen de acceso a productos de financiamiento esenciales.
MÉXICO EN UN PUNTO DE INFLEXIÓN
México está en un raro punto de inflexión para una revolución digital y financiera. A pesar de su tamaño, muchas personas y pequeñas empresas siguen excluidas de los servicios financieros y dependen del efectivo.
Con más de 130 millones de habitantes, el país cuenta con más de 80 millones de clientes potenciales para la banca. Es el segundo mercado más grande de América Latina después de Brasil, donde los neobancos locales han transformado con éxito la forma de hacer banca.
Un tercio de los mexicanos no tiene cuenta bancaria, y las pymes —columna vertebral de la economía mexicana— no pueden acceder a productos de financiamiento. Esta falta de inclusión financiera es un problema ampliamente reconocido. En un nuevo acuerdo con la Asociación de Bancos de México, la presidenta Claudia Sheinbaum se comprometió a ampliar el acceso al crédito para personas y pequeñas empresas.
Con tecnología lista para usarse, voluntad política y un enorme mercado disponible, el escenario está preparado para un banco digital que transforme el sistema financiero de México y acelere la economía.
FINANZAS DIGITALES AL ALCANCE DE LA GENTE
Aunque muchos mexicanos no tienen cuentas bancarias o tarjetas de crédito, sí tienen teléfonos móviles, y allí se encuentra la base para una adopción masiva de servicios financieros digitales.
Actualmente la mayoría de los servicios financieros digitales en México son ofrecidos por empresas extranjeras y los grandes bancos en México son, en su mayoría, subsidiarias de gigantes globales.
Nubank (fundado en Brasil) y Revolut (Reino Unido) ya anunciaron sus planes de ofrecer servicios en México, viendo la oportunidad de un mercado enorme. Pero México necesita más que otra empresa extranjera compitiendo por participación: se requiere un neobanco local que entienda cómo viven, ganan y gastan los mexicanos.
Para impulsar un verdadero cambio, la solución debe basarse en el conocimiento de la gente de México, en cómo operan y en cómo llegar a ellos a donde están. Especialmente, debe priorizar a los 5 millones de pymes que representan 95 por ciento de los negocios en México, la mayoría aun operando en efectivo y sin acceso a crédito para crecer. México debe apostar por un neobanco propio; una solución digital que entienda al país al que busca servir.
UN ENFOQUE RESPONSABLE HACIA EL FINANCIAMIENTO SOCIAL
Para servir de manera confiable y sostenible al mercado mexicano, el próximo neobanco debe ir más allá de aplicaciones atractivas y campañas agresivas de adquisición de clientes. La responsabilidad y la permanencia deben estar en el centro de su misión, sobre todo en el aspecto más importante: financiar a las pymes que impulsan la economía mexicana.
Las pymes siguen siendo desatendidas por los bancos tradicionales, y el crédito es difícil de obtener. El gobierno ya reconoció esta brecha, con Sheinbaum haciendo del acceso al crédito para pymes un objetivo central de su política económica.
Esta alineación entre política pública y necesidades del mercado ha creado una oportunidad única para un neobanco no solo digital, sino también con raíces sociales. Priorizar el crédito a las pymes, en lugar de seguir el camino más fácil, pero menos transformador del crédito al consumo, podría marcar la diferencia.
Financiar el nuevo inventario de una tiendita, ayudar a un puesto de tortillas a comprar una motocicleta de reparto o permitir que un agricultor modernice su producción: todas estas inversiones generan retornos sociales y económicos tangibles.
Además, este enfoque puede asegurar el éxito del neobanco que lo logre: canalizar depósitos hacia créditos productivos para pymes —en lugar de créditos de corto plazo para comprar una pantalla nueva— reducirá la morosidad, fortalecerá la base de depósitos y contribuirá a impulsar la economía mexicana.
EL FUTURO DE LA BANCA EN MÉXICO
No se trata solo de acceso, sino de integrar el crédito, la identidad y la inclusión en la vida diaria de los sectores desatendidos de México. Un neobanco mexicano que comprenda el pulso económico del país verá a las pymes no como un riesgo a minimizar, sino como una base a fortalecer. Al hacerlo, no solo estimulará las economías locales, sino que colocará a México al frente de la nueva ola fintech en América Latina.
El país está listo. Lo que ahora se necesita es un neobanco no solo para México, sino hecho por México. N
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Carlos Marmolejo es CEO de Finsus, en donde vuelca su experiencia en banca hacia la vanguardia tecnológica de los servicios financieros.