Bolivia vota en medio de la crisis: la derecha se perfila como favorita tras dos décadas de gobiernos de izquierda

La presencia de Evo Morales en la sombra de estas elecciones.


Bolivia acude este domingo a elecciones generales en medio de una de las peores crisis económicas de su historia reciente. Con una inflación interanual cercana al 25%, la más alta en 17 años, escasez de dólares y combustibles, y un desabastecimiento que golpea la vida cotidiana, el país se prepara para lo que parece ser el fin de dos décadas de gobiernos de izquierda encabezados por Evo Morales y Luis Arce.

Más de 7.9 millones de bolivianos están llamados a las urnas para elegir a un nuevo presidente y renovar el Congreso de 166 miembros. El voto es obligatorio y se da en un clima de hartazgo hacia el Movimiento Al Socialismo (MAS), que ha gobernado desde 2006.

EL DESGASTE DEL MAS Y LA DIVISIÓN MORALES-ARCE

El MAS llega debilitado. Primero con Morales y luego con Arce, el partido mantuvo el poder por casi 20 años, pero hoy enfrenta un descrédito generalizado. Morales, quien buscaba un cuarto mandato, quedó fuera tras un fallo que prohíbe la reelección múltiple y enfrenta además una orden de detención por presunta trata de menores, acusación que él niega.

Atrincherado en el Trópico de Cochabamba, Morales promueve el voto nulo, lo que agudiza la fractura interna del partido. Mientras tanto, Arce ha perdido respaldo en medio de la crisis y el colapso de las reservas internacionales, debilitadas por subsidios a combustibles que costaron miles de millones de dólares.

LOS FAVORITOS: DORIA MEDINA Y QUIROGA

Las encuestas perfilan como favoritos al empresario Samuel Doria Medina, de 66 años, y al expresidente Jorge “Tuto” Quiroga, de 65, quienes prácticamente empatan en intención de voto. Ambos se enfrentarían en una inédita segunda vuelta entre dos candidatos de derecha programada para el 19 de octubre.

  • Doria Medina propone un plan de choque de 100 días para resolver la falta de combustible, dólares y productos básicos. Construyó su fortuna en la industria del cemento, la hotelería y las cadenas de comida rápida.

  • Quiroga, quien ya gobernó entre 2001 y 2002, promete “cambiar absolutamente todo” y asegura que el socialismo significó “20 años perdidos” para Bolivia.

Ambos coinciden en desmontar el modelo económico del MAS e impulsar una economía de mercado, además de exigir que Evo Morales rinda cuentas ante la justicia.

UN VOTO DE CASTIGO Y DE RUPTURA

En las primeras horas de la jornada electoral, los centros de votación en La Paz no registraban largas filas, con notoria ausencia de jóvenes. Sin embargo, entre quienes sí acudieron, la narrativa de “cambio” y “ruptura” domina.

“Quiero un cambio. La izquierda nos ha hecho mucho daño. No hay trabajo, no hay gasolina, el mercado está recaro”, dijo Miriam Escobar, una votante de 60 años.

Analistas coinciden en que más que un viraje ideológico, el electorado busca estabilidad. “No creo que la gente esté conscientemente diciendo que quiere un cambio ideológico, sino que quiere estabilidad”, explica Daniela Osorio Michel, investigadora del Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales.

UNA ELECCIÓN QUE MARCA EL FIN DE UN CICLO

Con las urnas abiertas desde las 08:00 (hora local) y hasta las 16:00, Bolivia enfrenta una jornada que podría marcar el fin de la hegemonía del MAS y abrir una nueva etapa política. La derecha, que nunca había tenido tanto protagonismo desde 2006, aparece como la alternativa inmediata para un país cansado de la crisis.

“Es lo único que tenemos a la mano para salir de esto. No hay otra opción”, resume Jazmín Aruquipa, joven paceña de 21 años.

El resultado no solo definirá el rumbo económico, sino también el legado de dos décadas de socialismo en Bolivia. N

(Con información de AFP)