La “nueva” Siria de Abu Mohammed al Julani

“Hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana; y no estoy seguro sobre el universo”: Albert Einstein

HAY DÍAS EN LOS QUE MIRO a los líderes mundiales y estoy de acuerdo con Einstein. Hace unos días, las fuerzas gubernamentales de Siria llevaron a cabo una masacre de cuatro días contra la minoría drusa en Sueida, una ciudad drusa en el sur de Siria. Esto siguió a una masacre similar contra alauitas y cristianos en otras partes de Siria, que recuerda los ataques del Estado Islámico contra las minorías no islamistas, especialmente los yazidíes, hace diez años.

Más de 2,000 drusos fueron asesinados por tropas leales al nuevo presidente de Siria, Abu Mohammed al Julani. Todo un hospital, incluidos todos sus pacientes y personal, fue masacrado en un solo ataque.

Los ataques contra los drusos fueron brutales. Según los informes, hubo decapitaciones y violaciones; se asesinó a niños delante de sus padres. Las tropas humillaron públicamente a sus víctimas masculinas afeitándoles la barba, que tiene un significado religioso para ellos, en un escalofriante eco de lo que los nazis hicieron a los judíos de Alemania.

El nuevo presidente había pasado rápidamente de ser un líder terrorista con una recompensa de 10 millones de dólares por su cabeza a convertirse en un líder refinado al estilo occidental, recortándose la barba, vistiendo trajes elegantes y corbatas, cambiando su seudónimo de Al Julani a Ahmad al Sharaa y expresando su deseo de unirse a los Acuerdos de Abraham. Los líderes occidentales se creyeron esta nueva imagen y él logró pasar de ser un fanático despiadado a un valioso actor regional.

LEOPARDOS QUE HAN CAMBIADO SUS MANCHAS

Hace apenas unas semanas, el primer ministro británico, Keir Starmer; el presidente francés, Emmanuel Macron, y el presidente estadounidense, Donald Trump, se apresuraron a presentar a Julani como una nueva esperanza para Oriente Medio.

A pesar del pasado yihadista de Al Julani como líder del Estado Islámico, los líderes hicieron fila para tomarse fotos estrechándole la mano. El presidente estadounidense lo calificó de “tipo guapo”, retiró a su milicia, Hayat Tahrir al Sham, de la lista de grupos terroristas y levantó las sanciones en su contra.

La misma creencia que llevó a los círculos políticos y mediáticos occidentales a pensar que los talibanes de Afganistán ya no eran los ideólogos violentos de los años 1990 también parece haber llevado a los líderes y a los medios de comunicación a creer que Al Julani y sus aliados del Estado Islámico son como leopardos que han cambiado sus manchas.

Como resultado de las atrocidades, Israel entró en Siria para proteger a los drusos. Las Fuerzas de Defensa de Israel llevaron a cabo numerosos ataques aéreos contra convoyes de tropas del gobierno sirio, la sede del Ministerio de Defensa sirio en Damasco y lugares cercanos al palacio presidencial.

Hay más de 150,000 drusos en Israel, todos ellos ciudadanos israelíes que participan activamente en la sociedad, incluida la política y el ejército. Aunque su fe proviene originalmente del ismaelismo, los drusos no se identifican como musulmanes.

¿UN “MALENTENDIDO” ENTRE ISRAEL Y SIRIA?

Bajo presión, se alcanzó un alto al fuego temporal y las fuerzas sirias se retiraron momentáneamente de Sueida, solo para regresar con toda su fuerza unos días después.

Esta matanza no provocó ninguna condena por parte de aquellos que, día tras día, demuestran su supuesta virtud acusando falsamente a Israel de crímenes de guerra. De hecho, si los ataques contra los drusos fueron una llamada de atención a la conciencia mundial, Israel ha respondido mientras el resto del mundo duerme.

Ante las pruebas de un brutal intento de aniquilar a los drusos, los manifestantes que durante 21 meses habían acusado a Israel de “genocidio” guardaron silencio. Las instituciones multilaterales y las ONG no han expresado ninguna oposición a la acción siria, sino que han optado por centrarse únicamente en los esfuerzos de Israel por defender a las víctimas de este terrorismo.

António Guterres, secretario general de la ONU, publicó en X que condenaba el asesinato de cualquier civil. Sin embargo, no atribuyó la responsabilidad a las fuerzas de Al Julani, sino que culpó a Israel de los acontecimientos.

Ningún líder occidental o árabe parece haber condenado las acciones sirias, y los medios de comunicación occidentales prefirieron presentar la situación como un ataque israelí no provocado contra Siria, en lugar de como el inicio de un genocidio sirio contra alauitas, cristianos y drusos. Incluso la administración Trump calificó de forma desconcertante lo ocurrido como un “malentendido” entre Israel y Siria que de alguna manera se había salido de control.

EL AZOTE DE LA REALIDAD ACTUAL

Los líderes occidentales suelen ver el mundo desde una perspectiva occidental que asume erróneamente que todas las personas de otras culturas actúan basándose en la misma lógica y los mismos intereses que ellos.

El nuevo gobierno sirio parece mantener su adhesión a los principios islamistas y es muy posible que siga engañando a Occidente mientras los líderes occidentales se nieguen a adoptar una postura firme contra el islamismo radical y sus ambiciones geopolíticas en sus propios países.

Los hechos en Siria son claros, e Israel es el único país que ha respondido ayudando a las víctimas de estos ataques terroristas. Los líderes occidentales y sus asesores, que se niegan a ver el islamismo como una amenaza y siguen complaciendo a sus poblaciones musulmanas, permitiéndoles llamar a la yihad global y a la destrucción de las instituciones democráticas occidentales y perturbar la vida de las personas, han guardado silencio. Esa es la realidad actual. N

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Eduardo del Buey es diplomático canadiense jubilado, autor, internacionalista, catedrático y experto en comunicaciones estratégicas. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.