El
fin de semana anterior al final de su sexenio, Felipe Calderón tuiteó
(término ya aprobado junto con “tuitero”, “tuit” y “tuitear” por la Real
Academia de la Lengua Española) que dos cazas F-5 de la Fuerza Aérea Mexicana
escoltaban el “guajolote” presidencial
TP-01 en su trayecto rumbo a Washington, Estados Unidos.
A lo mejor pensó por un momento que eran “de
los malos”, pero luego les agradeció el gesto y ya pudo dormir tranquilo. Y es
que poco antes, en su onomástico número 50, el expresidente reveló que, más que
malos, “había tenido a los mejores enemigos” que incluso trataron de matarlo en
un frustrado atentado al avión en que viajaba en 2009. De hecho, confesó que,
ante la inminencia, pidió al CEPROPIE, el Centro de Producción de Programas
Informativos y Especiales de la Presidencia, grabar un video póstumo para sus
hijos, donde les explicaba las razones de su desaparición.
A final de cuentas,
el Estado Mayor Presidencial evitó el hecho. La confesión de Calderón tuvo y
tiene serias implicaciones e impacta directamente en otros hechos,
lamentablemente sin final feliz, como las sospechosas muertes de Juan Camilo
Mouriño, su delfín primigenio, y malogrado Secretario de Gobernación junto con
José Luis Santiago Vasconcelos, extitular de la SIEDO el 4 de noviembre de 2008
al estrellarse su jet en pleno Polanco, y de Francisco Blake Mora, también
titular de la SEGOB, el 11 de noviembre (mes de muertos) del 2011 al
desplomarse el helicóptero en el que el político se desplazaba a Morelos.
Todos
los esfuerzos de la SCT, de los voceros, de los especialistas que trataron de
explicar las causas de los “accidentes”, como las aeronaves, se vinieron abajo.
Este hecho vendría a justificar la compra del nuevo avión presidencialpor 750 millones de dólares (9
mil 750 millones de pesos), un Boeing 787 blindado, para 250 pasajeros, con
autonomía de vuelo de más de 15 mil kilómetros y sin mucho que envidiarle al
famoso Air Force One, aeronave del Presidente de Estados Unidos. Se programó que Enrique
Peña Nieto lo estrenaría el 18 de diciembre de 2015, pero no fue así.