El motín en el penal de Topo Chico destapó la realidad del sistema penitenciario en México, luego de que autoridades encontraron cocaína, cuchillos y pantallas de televisión en la cárcel ubicada en Monterrey donde un violento enfrentamiento dejó 49 muertos, informó este viernes el gobernador del estado de Nuevo León, Jaime Rodríguez.
El hallazgo expuso una situación de “autogobierno” en el penal Topo Chico, donde grupos de presidiarios vinculados al sanguinario cártel de Los Zetas ejercían control dentro de la cárcel, reconoció “El Bronco”, que reveló que en el penal hay una situación de autogobierno de los presos “evidentemente por la incapacidad financiera, por la incapacidad de tener custodios suficientes”.
El encarnizado motín se produjo el jueves en la madrugada en el penal de Monterrey, en el que los reos se enfrentaron con palos y navajas e incendiaron bodegas durante una disputa intestina del cártel de Los Zetas.
El enfrentamiento dejó 49 muertos y 12 heridos, cinco de ellos graves, según datos oficiales, en una cárcel donde la sobrepoblación alcanza 35%, con 3 800 reos, según Rodríguez.
“En el transcurso de la tarde y noche de jueves se hizo un cateo completo ya para tomar el control de las instalaciones de penal, y encontramos una serie de cosas irregulares: medio kilo de marihuana, 30 pastillas psicotrópicas, 23 dosis de cocaína en piedra, 38 dosis de marihuana, 30 dosis de cocaína en polvo, 120 puntas artesanales, 60 martillos, dos pantallas de 67′ pulgadas, 400 encendedores, 16 memorias de USB, 10 reproductores de MP3, 28 pinzas mecánicas y 86 cuchillos”, detalló Rodríguez en conferencia de prensa.
“Hay un autogobierno al interior del penal”, admitió Sylvia Puente Aguilar, visitadora de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Nuevo León, que agregó que “hay extorsiones, hay golpes, hay incluso asesinatos”.
Rodríguez detalló que los 40 cadáveres identificados fallecieron por heridas de armas punzocortantes, golpes de martillo y palas, y una persona presentó herida de bala y dio a conocer que hay una investigación en curso por un custodio que disparó, al tiempo que los otros nueve muertos serían identificados este viernes.
“Esto ya se veía venir”, sostuvo Linda, una secretaria de 25 años que estudia psicología cuyo marido está recluido por narcotráfico y quien le había dicho que se estaban “peleando el poder”, y que en esas riñas “se llevan entre las patas a internos que no tienen nada que ver”.
Asegura que su marido, quien desde hace un año está amenazado de muerte, fue golpeado el jueves durante el día por internos que ostentan el poder dentro de la cárcel, después de que supuestamente el motín había sido controlado por las autoridades.
“Adentro todo está bien feo”, señala Linda. En la celda de su marido cohabitan ocho reos, “unos duermen en el piso, otros en colchonetas, la comida está pésima, las alcantarillas huelen muy mal y ves ratas pasar por ahí”.
El motín ocurrió un día antes de la llegada del papa Francisco a México, quien durante su estancia en el país visitará una cárcel en Ciudad Juárez, en la frontera con Estados Unidos.
Con información de Notimex.