El exsacerdote y defensor de víctimas de
pederastia de la iglesia católica, Alberto Athié, señaló que el sacramento del
matrimonio efectuado en Toluca el 27 de noviembre de 2012 entre Angélica Rivera Hurtado y el
presidente Enrique Peña Nieto, mismo que fue publicitado como “la boda del año”
por Televisa y diversos medios de información del país, “es un agravio al
pueblo de México”, ya que fue celebrada gracias a “una construcción crasa de una acción de aparente justicia para invalidar el matrimonio religioso de la actual primera dama con su exesposo José Alberto Castro, que en el fondo fue la fabricación de un delito por parte de la
Arquidiócesis de México” de la que su principal víctima fue el sacerdote José
Luis Salinas, quien falleció en octubre de 2015 a causa de un cáncer.
A unas horas de que la primera dama y el
presidente de México reciban en el hangar presidencial a Francisco, en el marco
de su primera visita como jefe de Estado del Vaticano, Athié reveló en
entrevista para Newsweek en Español que conoció al cura José Luis Salinas y
aseguró que este fue injustamente castigado por la Arquidiócesis de México,
encabezada por Norberto Rivera, con la finalidad de que se pudiera efectuar de
manera irregular -según señalan documentos oficiales obtenidos por el
periodista Jenaro Villamil- el matrimonio religioso entre el entonces
gobernador del Estado de México y la exactriz de Televisa, que en 2012 fue la
mujer designada como imagen de la campaña “300 compromisos cumplidos de la
administración mexiquense”, con la que Peña Nieto comenzaba su carrera hacia la
presidencia de la República desde el Estado de México y con una cercanía
evidente de la televisora de Emilio Azcárraga.
Para el activista que ha denunciado ante la
Corte Internacional de la Haya decenas de casos de pederastia en México, lo más
grave del escándalo que involucra a la pareja presidencial y a la Arquidiócesis
de México es “el agravio al pueblo de México, a los creyentes, de que la
celebración religiosa en Toluca era un matrimonio válido y legítimo, cuando
estaba cuestionado por la misma Rota Romana el proceso que permitió que este pudiera
realizarse”.
Foto: Especial
La
mano de Norberto Rivera
De acuerdo a los documentos revelados por
Proceso y Aristegui Noticias, la Rota Romana resolvió que el sacerdote José
Luis Salinas era inocente de los delitos religiosos que la Arquidiócesis de México le
fabricó, principalmente, porque no se llevó a cabo ningún proceso conforme a
derecho para poder castigarlo, ya que no se le dio un proceso normal, se le
creó un delito y se le impidió defenderse de las acusaciones que se le hicieron
(efectuar un sacramento religioso en una playa de Acapulco para lo cual no
estaba autorizado), lo cual para el activista “ ya es causal suficiente para
declarar nulo el matrimonio Peña Nieto-Rivera”.
“Norberto Rivera con plena consciencia y
conocimiento intentó desconocer un sacramento válido efectuado en la parroquia
de Fátima de la colonia Roma entre José Alberto “El Güero” Castro y Angélica
Rivera, inventó un delito grave contra un sacerdote para castigarlo y declarar
nulo el matrimonio llevado a cabo por la actual esposa del presidente y Castro”.
Sin embargo, lo más grave para Athié, radica en el hecho de que Norberto Rivera no acató la sentencia de la Rota Romana, y como dejan ver los hechos que transcurrieron posteriormente, “tampoco avisó al hoy presidente de
la República sobre la misma, es decir, no informó que su situación matrimonial
entraba en cuestión por todo el proceso y que tenía que reconocer que si se
declaraba inocente al padre, ya no había elementos de nulidad para el
sacramento de Rivera con Castro”.
Francisco, ante la posibilidad de restituir
dignidad a Salinas
La llegada de Francisco y el recibimiento
de EPN y Rivera se va a encontrar en el momento menos oportuno porque “la
pareja presidencial está envuelta en un escándalo, en un simulacro de justicia
en contra de un sacerdote que ya falleció y que fue el chivo expiatorio de la
anulación al vapor de la boda de Rivera-Castro para facilitar el matrimonio de
la pareja presidencial”, señala Jenaro Villamil, quien a unos días de la
llegada de Bergoglio a México destapó las irregularidades con una investigación
periodística titulada “El expediente secreto de la boda EPN-Rivera”.
De acuerdo con Villamil, “lo que es un
sacramento muy íntimo de la religión católica se ha convertido en un problema
de estado porque el propio Papa es la única instancia y autoridad religiosa que
pueda restituir la dignidad de este sacerdote que falleció siendo injustamente
juzgado por algo que él no hizo, y por ese juicio se facilitó la boda de el
entonces gobernador del Estado de México con la exactriz de Televisa”.
Athié y Villamil coinciden en señalar que
José Luis Salinas fue el “chivo expiatorio” en el sentido de adjudicarle al
cura el delito de llevar a cabo actos ilícitos que pudieran invalidaron el
sacramento del matrimonio basándose únicamente en los dichos de Angélica
Rivera, quien en su momento dijo que Salinas les convenció de que hicieran la
pantomima de casarse en la parroquia de Fátima, que obtuvieran el papel
correspondiente, para luego él celebrarles el sacramento oficial en la playa.
Al construir así el delito, como una
simulación y posteriormente una celebración en un lugar no autorizado, se da la
causal de nulidad del sacramento en una operación de dos meses en que se liberó
a la señora de su matrimonio, tomando en cuenta únicamente la versión de la
actual primera dama.
Por otro lado, a los dos meses de haber
hecho esto con ella y se van en contra del padre y lo declaran rebelde y de
llevar no llevar a cabo los mandatos de la Arquidiócesis, por lo que se le
castiga suspendiéndole todo tipo de ejercicio del ministerio en la diócesis,
exigiéndole que se vaya, pese a que la Arquidiócesis sabía de sus problemas de
salud.
Por último, Athié asegura que con los
documentos revelados queda demostrado que el sacerdote no tuvo la intención ni
ejecutó de ser el testigo oficial en la parroquia, sino solamente fue un
invitado, por lo que no pudo haber simulado nada. Con esto se cae la
argumenación de que él simuló el sacramento.
¿El papa será recibido por una pareja que
no está casada conforme a la ley de la Iglesia?, se le pregunta a Athié, quien responde:
“Al Papa le toca reinvindicar al
sacerdote (Salinas), porque él, antes de morir, le escribe a Bergoglio que el
esperaba que Norberto Rivera lo reivindicara en su dignidad después de haber
sido aplastado, por lo que acudió a él, aconsejado por el presidente de la Rota
Romana misma, ya que el es el único que lo podría hacer… Entonces lo alcanza la
muerte, pero a pesar de que murió, ese sacerdote tiene el derecho de ser reivindicado
absolutamente en su digndidad y en sus derechos como persona, en particular por
el Papa Francisco. Un pronunciamiento dependerá de la presión mediática”.