La definición de aranceles para países que no cuentan con Tratado de Libre Comercio con México, como China, representa un factor de certidumbre para la industria automotriz y abre la posibilidad de nuevas inversiones productivas en el país a mediano y largo plazo, aseguró Alfredo Arzola López, director general del Clúster Automotriz de Guanajuato.
En entrevista, el directivo explicó que, tras un año marcado por la incertidumbre internacional, la claridad en las reglas comerciales permite a los corporativos tomar decisiones estratégicas con horizonte hacia 2027 y 2028, especialmente en la relocalización de componentes que antes se importaban desde Asia.
“El cerrar el año con los nuevos aranceles hacia los países que no tienen tratado de libre comercio es parte de la certidumbre que se requería en el mercado”, afirmó.
Arzola López señaló que, durante meses, la industria operó bajo un escenario de especulación sobre la posible aplicación de aranceles, lo que frenó decisiones de inversión. Sin embargo, al definirse el esquema comercial, las empresas ahora pueden ajustar sus planes con mayor precisión.
“Anteriormente era especulación: que si sí, que si no, que si iban a ser mayores. Hoy ya sabemos que sucedió y que se va a quedar por un tiempo a largo plazo”, subrayó.
El director del Clúster destacó que esta claridad beneficia particularmente a México, al incentivar que componentes, productos y servicios que antes se importaban desde Asia comiencen a producirse o consolidarse localmente, fortaleciendo la cadena de suministro nacional.
“Hoy en día las inversiones ya saben cómo conjugar los precios y las importaciones de China, y qué es lo que aquí tendrían que empezar a producir o desarrollar en la región”, explicó.
Desde su perspectiva, los aranceles no deben verse únicamente como una barrera comercial, sino como una oportunidad para detonar desarrollo tecnológico, inversión y competitividad regional, especialmente dentro del bloque del T-MEC.
“Para la mayoría de la industria es una oportunidad. Nos da certidumbre para apostarle al 27 y 28, cuando vienen cambios importantes de modelos y plataformas”, puntualizó.
Arzola López agregó que la industria automotriz atraviesa una transformación acelerada hacia la digitalización y automatización, donde los vehículos incorporan cada vez más componentes electrónicos, sensores y sistemas inteligentes, un terreno en el que Asia ha tomado ventaja, pero que México puede comenzar a cerrar con producción local.
“Hoy el producto ya no es solo un producto físico, es un componente digital. Aunque hagas una llanta o una defensa, ya forma parte de un sistema electrónico conectado”, advirtió.
Finalmente, señaló que los aranceles a China permiten a México ordenar su política comercial, fortalecer su base industrial y prepararse para competir en un entorno global más tecnológico.
“Nos da la oportunidad de que esos componentes se hagan aquí, se transformen aquí y que la industria se arraigue con una competitividad global mucho más enfocada a la digitalización”, concluyó.