EL DOCUMENTAL DULCE MUERTE, dirigido y escrito por Analeine Cal y Mayor, propone una reflexión profunda sobre la libertad de decidir el final de la propia vida. Tras un exitoso recorrido por festivales internacionales —que incluye su participación en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), su triunfo como Mejor documental en el Montreal Women Film Festival 2025 y su selección oficial en el Berlín Indie Film Festival 2026—, la película ya está disponible en las salas de cine mexicanas desde el 30 de octubre, bajo el sello de Cinestereo.
Con Viggo Mortensen (Green Book, El señor de los anillos y Capitán fantástico) como productor ejecutivo y Mauro Refosco en la música original, Dulce Muerte construye un diálogo entre la ética, la ciencia y la humanidad. Mortensen, reconocido actor y poeta, respalda el proyecto que busca poner sobre la mesa un debate necesario: el derecho a una muerte digna. Refosco, percusionista brasileño que ha colaborado con David Byrne, Red Hot Chili Peppers y Atoms for Peace, aporta una banda sonora que acompaña el tono reflexivo y sensible del filme.
Durante 79 minutos, el documental sigue al Dr. Philip Nitschke, pionero australiano en la defensa de la eutanasia, quien tras perder su licencia médica decide reinventarse como comediante de stand-up para hablar del derecho a morir en países donde sigue prohibido. En paralelo, la cámara acompaña a Kathy Beech, una mujer británica que viaja a Tijuana, en México, para conseguir el medicamento que le permitiría morir con dignidad en caso de heredar la enfermedad degenerativa que padeció su madre.
“Dulce Muerte no es una película sobre la muerte, sino sobre cómo elegimos vivir plenamente hasta el último instante. Es un retrato de valentía, de amor y de dignidad frente a un tema que nos concierne a todos: la libertad de decidir sobre nuestra propia vida”, afirma Cal y Mayor.
¿DE QUIÉN LA DECISIÓN DE MORIR? UNA REFLEXIÓN EN “DULCE MUERTE”
El fundador de Cinestereo, Carlos Sosa, subraya que el documental nació de la convicción de abrir un espacio de diálogo.“El cine tiene la fuerza de poner sobre la mesa debates necesarios, y con Dulce Muerte buscamos hacerlo desde la empatía y la reflexión”, señala.
Rodada en México, Reino Unido, Escocia, Italia y Holanda, la película reúne testimonios de Philip Nitschke, Fiona Stewart, Kathy y Richard Beech, Kevin Shepherd, Beryll Warren y Tom Curran. Las historias cruzan fronteras y confluyen en una pregunta universal: “¿De quién es, en última instancia, la decisión de morir?”.
Con sensibilidad y una mirada profundamente humana, Dulce Muerte invita al espectador a pensar la muerte no como un final, sino como una extensión del derecho a vivir con dignidad. Su estreno en México busca abrir una conversación urgente sobre la libertad, la empatía y el sentido mismo de la existencia.
En contexto, a mediados de octubre, Uruguay aprobó por amplia mayoría en la Cámara de Senadores una ley que autoriza la eutanasia bajo ciertas condiciones y que se convierte en una norma pionera en América Latina.
Con 20 votos a favor de un total de 31 parlamentarios presentes, el país se sumó a la pequeña lista de naciones que permiten la muerte asistida, como Canadá, Países Bajos y España. En la región, Ecuador y Colombia despenalizaron la eutanasia mediante fallos judiciales, pero esta es la primera vez que se aprueba a través de una ley. N