Atlixco, Pue. “Guerrero Jaguar Azul” y “Cuauhtémoc”, esculturas creadas en el Valle de Catrinas de Atlixco, Puebla, se convirtieron en embajadoras del ingenio artesanal mexicano en una de las vitrinas más observadas del planeta.
La iniciativa —liderada por el Gobierno de Puebla en coordinación con el Ayuntamiento de Atlixco— forma parte de la exposición internacional del Día de Muertos organizada por el Consulado General de México en Nueva York y la Times Square Alliance, donde también participan artistas de Aguascalientes y creadores migrantes radicados en Estados Unidos. La muestra permanecerá hasta el 2 de noviembre, en plena temporada en que la nostalgia se transforma en memoria colectiva.
Las piezas, obra del artista Emiliano Sánchez, alcanzan más de cinco metros de altura y combinan cartonería tradicional, estructura metálica y acabados en pintura acrílica. El resultado: dos guardianes culturales que fusionan simbolismos prehispánicos con la figura icónica de la catrina moderna, esa metáfora crítica de la sociedad mexicana popularizada hace más de un siglo y hoy reinterpretada para hablar de raíces, resistencia y futuro.

Diplomacia cultural a través del arte
Para el gobierno estatal, la presencia de Atlixco en esta plataforma global no solo es una celebración artística, sino una apuesta estratégica por fortalecer el turismo cultural. El Valle de Catrinas se ha posicionado como uno de los destinos más emblemáticos del Día de Muertos en México, y su internacionalización busca atraer visitantes, inversión y nuevas oportunidades para los artesanos locales.
Las autoridades municipales expresaron el orgullo de ver a la comunidad creativa trascender fronteras. “El talento de nuestros creadores llega hasta Nueva York; estas catrinas son un homenaje a la creatividad, al trabajo colectivo y a las tradiciones que nos dan identidad”, afirmó la presidenta municipal Ariadna Ayala, convencida de que este escaparate refuerza la narrativa cultural de Atlixco ante el mundo.

Una tradición que se moderniza sin perder su esencia
Miles de turistas que atraviesan Times Square cada día se encuentran con los colores intensos, los símbolos de cosmovisión indígena y la estética festiva que redefine la relación con la muerte: no como desenlace, sino como tránsito y memoria viva. Las catrinas monumentales se vuelven punto de encuentro entre México y su diáspora, que busca reconocerse lejos de casa.
Con esta participación, Atlixco reafirma su papel como epicentro cultural de Puebla, llevando al extranjero una de las tradiciones más queridas, complejas y coloridas del país. Y mientras los visitantes se detienen para fotografiarlas, las catrinas parecen devolver la mirada con una sonrisa pícara: la muerte está orgullosa… y también presume ser mexicana.