La dieta keto causaría hígado graso, intolerancia a la glucosa y colesterol alto, según nueva investigación


SEGUIR LA DIETA CETOGÉNICA O KETO DURANTE MUCHO TIEMPO puede hacer más daño que bien al organismo, según un nuevo estudio. Esta se caracteriza por seguir un plan alimenticio bajo en carbohidratos y alto en grasas, diseñado para inducir un estado metabólico llamado cetosis.

Una investigación de un año en ratones mostró que, si bien la dieta inicialmente redujo su peso, con el tiempo provocó enfermedad del hígado graso, intolerancia a la glucosa y colesterol peligrosamente alto.

Aunque normalmente el cuerpo utiliza la glucosa de los carbohidratos como combustible, al verse privado de esta principal fuente de energía, empieza a extraerla del hígado y los músculos. Después de unos días, cuando estas reservas se agotan, el cuerpo recurre a la grasa almacenada y el hígado la convierte en cetonas.

Se cree que las dietas cetogénicas ayudan a reducir los efectos de la epilepsia resistente al tratamiento, mientras otros consideran que puede ayudar a reducir la obesidad y controlar la diabetes tipo 2, según el resumen del estudio.

Los alimentos permitidos pueden incluir pescado, carne y aves, verduras sin almidón, aguacates, bayas, nueces y semillas, huevos, aceite de oliva, chocolate con alto contenido de cacao y productos lácteos con alto contenido de grasa.

Sin embargo, argumentando que hay una brecha en la investigación existente, los autores del estudio de la Universidad de Utah se propusieron comprender mejor el impacto a largo plazo del uso de una dieta cetogénica para perder peso en la salud metabólica.

PÉRDIDA DE PESO, PERO ¿A QUÉ COSTO?

Examinaron las consecuencias, tanto positivas como negativas, de alimentar a ratones machos y hembras con una dieta cetogénica (89.9 por ciento de grasa) durante casi un año.

Compararon a los ratones cetogénicos con otras tres cohortes con una dieta baja en grasas (LFD-10 por ciento de grasa), una dieta alta en grasas estándar (HFD-60 por ciento de grasa) y una dieta baja en grasas y moderada en proteínas (LFMP-10 por ciento de grasa y 10 por ciento de proteína).

Aunque los ratones en cetosis perdieron peso al principio, con el tiempo desarrollaron enfermedad del hígado graso, intolerancia extrema a la glucosa e hiperlipidemia (un exceso de lípidos o grasas en la sangre).

Los ratones cetogénicos también desarrollaron sensibilidad a la insulina. Pruebas de laboratorio y métodos de análisis específicos vincularon estos dos resultados con la aparición de una disfunción en la secreción de insulina sistémica y celular, lo que significa que no se produce o no se libera adecuadamente.

“Si bien nuestros hallazgos muestran que una dieta cetogénica previene y causa pérdida de peso, no produce reducciones permanentes del peso corporal y, por lo tanto, no debería considerarse una ‘cura’ para la obesidad o la diabetes”, escribieron los autores.

Y agregaron: “Además, observamos un empeoramiento de la intolerancia a la glucosa y una secreción de insulina deteriorada cuanto más tiempo habían estado los animales con dieta cetogénica, por lo que la visión de este plan alimentico como tratamiento para enfermedades metabólicas debería cuestionarse incluso si se observan mejoras iniciales en la salud”. N

(Con información de Hannah Millington / Newsweek Internacional)

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