¿Ver a alguien enfermo basta para que el cuerpo comience a defenderse? Esto dice la ciencia


Algunas enfermedades alteran el metabolismo del cuerpo y provocan la producción de compuestos químicos con olores específicos. Por ejemplo, la diabetes puede provocar un olor a manzana podrida en la orina, mientras que la insuficiencia hepática se asocia con un olor similar al del pescado crudo. Sin embargo, un nuevo estudio reveló que, más allá del olor, el cerebro reacciona ante la presencia de personas enfermas activando células inmunes.

“El cerebro activa células inmunes de primera línea en respuesta a la mera visión de una persona enferma, imitando la respuesta del cuerpo a una infección real”, indica el estudio publicado este lunes en Nature Neuroscience.

Para obtener estos resultados, los investigadores utilizaron escáneres cerebrales, análisis de sangre y herramientas poco convencionales, como un set de videojuegos. Los voluntarios participaron en una experiencia de realidad virtual (RV) en la que observaron avatares humanos con erupciones cutáneas, tos u otros síntomas, lo que permitió evitar cualquier exposición a patógenos reales, según detalla la revista académica.

“Los resultados ilustran el poder del cerebro para predecir lo que está sucediendo y seleccionar la respuesta adecuada”, afirma Andrea Serino, coautor del estudio y neurocientífico del Hospital Universitario de Lausana, Suiza.

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A tenor de los autores, el sistema inmunitario reacciona con rapidez a las infecciones, pero no siempre actúa de la misma manera para prevenir enfermedades graves. Por lo tanto, “sería útil si reconociera la posibilidad de una infección y preparara una respuesta preventiva”.

EL CUERPO ENFERMO Y EL FUTURO DE LAS VACUNAS

Para el estudio, los investigadores dividieron a los participantes en dos grupos: el primero se trató de voluntarios sanos equipados con gafas virtuales (Oculus Rift de Google), a quienes les mostraron avatares cercanos a ellos, pero que nunca los tocaron.  El otro grupo no vio estos avatares, pero recibió una vacuna contra la gripe, lo que representó una exposición a un patógeno real.

“Descubrimos que la proximidad de un avatar infeccioso activaba áreas cerebrales vinculadas al espacio personal, la región que rodea el cuerpo. A continuación, se produjo un aumento repentino de actividad en la ‘red de prominencia del cerebro’, un conjunto de regiones implicadas en el reconocimiento de eventos importantes, incluidas las amenazas y la respuesta a ellos”, explican los autores.

Esta actividad cerebral, apunta el artículo, desencadenó un aumento en la frecuencia de las células linfoides innatas, que forman parte de la primera línea de defensa del organismo contra los invasores. Sin embargo, dicha frecuencia fue mayor en los individuos que se acercaron a avatares infecciosos que en aquellos que se acercaron con una “ventaja”.

“El aspecto de realidad virtual de esto es realmente interesante. Los hallazgos podrían ayudar a mejorar las vacunas: la realidad virtual podría aumentar la activación de las células inmunitarias a las que se dirigen las vacunas. Eso podría potenciar la respuesta inmunitaria a los biológicos y, por lo tanto, su eficacia”, resume Isaac Chiu, inmunólogo de la Facultad de Medicina de Harvard en Boston, Estados Unidos. N

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