Muere José ‘Pepe’ Mujica a los 89 años: el presidente más austero de América Latina


José “Pepe” Mujica, expresidente de Uruguay, falleció este martes a los 89 años, según confirmó el actual mandatario, Yamandú Orsi. El exlíder uruguayo, exguerrillero tupamaro y figura emblemática de la izquierda latinoamericana, murió tras una larga batalla contra el cáncer de esófago, enfermedad que había hecho pública en mayo de 2024.

“Con profundo dolor comunicamos que falleció nuestro compañero Pepe Mujica. Presidente, militante, referente y conductor. Te vamos a extrañar mucho Viejo querido”, escribió Orsi en su cuenta X.

SÍMBOLO DE AUSTERIDAD Y HONESTIDAD POLÍTICA

Mujica fue conocido mundialmente como “el presidente más pobre del mundo”, no por carecer de recursos, sino por su estilo de vida austero. Durante su presidencia (2010–2015) donó hasta el 90 % de su salario a organizaciones benéficas y vivió en una modesta chacra en las afueras de Montevideo, sin lujos, rodeado de su esposa, la exsenadora Lucía Topolansky, y sus perros.

Su gobierno fue recordado por promover políticas progresistas como la legalización de la marihuana, el matrimonio igualitario y la despenalización del aborto, medidas que colocaron a Uruguay como uno de los países más avanzados de la región en materia de derechos civiles.

DE GUERRILLERO A PRESIDENTE

Antes de llegar a la presidencia, Mujica fue miembro del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, una guerrilla urbana marxista activa en las décadas de 1960 y 1970. Capturado por la dictadura militar, pasó 14 años en prisión, muchos de ellos en condiciones infrahumanas, incluyendo aislamiento total.

Lejos de la revancha, al recuperar la libertad durante la transición democrática, se integró a la política formal. Fue senador, ministro de Ganadería y más tarde presidente, cargo desde el cual defendió la justicia social, la redistribución de la riqueza y una visión crítica del consumismo.

ÚLTIMOS AÑOS Y LEGADO

En abril de 2024, Mujica se retiró de la vida pública tras informar que su salud se había deteriorado por el avance del cáncer. “No me quiero morir aferrado a la existencia”, dijo en una de sus últimas apariciones, reafirmando su ideología basada en la coherencia personal, la humildad y la lucha por los más pobres.

Su muerte marca el final de una era para Uruguay y para América Latina. Para muchos, Mujica representó una forma distinta de hacer política, alejada de privilegios y enfocada en el bienestar colectivo. Su figura trasciende fronteras, y su legado como político íntegro, humanista y coherente seguirá inspirando a generaciones. N

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