Desde el lunes, cientos de conductores de plataformas digitales como Uber y Didi han tenido que esperar largas horas en el nuevo macro centro de atención del Instituto de Movilidad Sustentable, ubicado en el Centro de Cultura de la Legalidad, para obtener sus permisos.
Muchos conductores llegaron a las 5 o 6 de la mañana, y algunos incluso acamparon, con la esperanza de conseguir un buen lugar en la fila. Sin embargo, la lentitud del proceso ha resultado en la pérdida de horas de trabajo y, consecuentemente, de ingresos. Las fichas disponibles no son suficientes para atender a todos los solicitantes, exacerbando el problema.
Aunque los conductores están de acuerdo con los requisitos de seguridad y el pago del permiso, destacan la necesidad de implementar medidas adicionales para garantizar su seguridad. “Es muy común que el nombre o el sexo del usuario no coincida con la persona que se sube al automóvil”, comentó uno de los conductores. Esta discrepancia, sumada a los frecuentes asaltos —entre 4 a 6 por semana—, ha incrementado la preocupación entre los choferes.
La situación actual subraya la urgencia de mejorar el sistema de expedición de permisos y de establecer filtros más rigurosos para proteger a los conductores, quienes se ven expuestos a riesgos constantes en su trabajo diario.