Flores Campbell


Realmente para un foráneo (en mi bendita tierra quisiera que algún día se entendiera que todas y todos lo somos) ese apilado de rnombres compuestos que engalana el título de esta columna es un verdadero sinónimo de esfuerzo, elocuencia y sobre todo resultados.  Apenas hace algunos días me reencontré por milésima vez con Edgardo Flores Campbell, “EL SOPAS” le dicen en franca alusión a su apellido de larga extirpe. Dialogamos intensa y apasionadamente como invariablemente sucede, en una charla eternamente inacabada, como los “Tijuanos” y Californios nos platicamos. “¿Cómo vas Bro, como te sirvó?” le pregunté, y él para variar, me soltó, el trance local, “éntrale, estamos listos, ya empezamos, te necesitamos, como quedamos”.  Nos conocemos desde la infancia, aunque le llevó varios años de vida, su querida y bella Mamá Doña Sarina, solía dejarlo en la casa de mis Padres antes de las 8 de la mañana para irse corriendo a trabajar y mi Santa Madre, lo llevaba al Kínder que sigue estando junto a la vieja residencia de mis progenitores, de eso ya han pasado más de cinco décadas, casi. Descendiente digno de una dinastía de las bellas artes, particularmente de las letras que encabezó majestuosamente para honra de nuestra amada TIJUANA don Federico Campbell, estoy plenamente convencido que su tío, estaría realmente orgulloso del esfuerzo de libertad, de libertad de justicia, de empresa y prensa que tan gallardamente está realizando su carne y sangre, herederos de una viril valentía a carta cabal que demuestran en todo momento, además, por supuesto en todo lugar.  A don Federico lo conocí en una inolvidable comida, hace una docena de años, ese día inauguró la FERIA DEL LIBRO en el CECUT (CENTRO CULTURAL TIJUANA). Concluida la ceremonia ingresó al hospital con algo de temperatura, desde donde emprendería un par de días después su camino a la última morada dejando un rico legado de publicaciones sobre nuestro rincón de la patria, que privilegió tan monumental haberlo escuchado disertar bellas prosas durante la rica convivencia.  Eso y más le recordaba a Edgardo en nuestro reciente encuentro, cuando me hizo esta generosa invitación para tener el gran honor de acompañarlo en este magistral esfuerzo para fundar y realizar la nueva generación viva de la incomparable tradición de la REVISTA NEWSWEEK BAJA CALIFORNIA. Con inmenso talento, dedicación e insuperable tenacidad, logró conjuntar un equipo muy valioso de mujeres y hombres de enorme calidad y capacidad, al que hoy de forma por demás sincera pero orgullosa me sumo con una literal alegría, entusiasmo y felicidad. Estoy convencido que está nueva visión de impresión, iluminara el futuro de nuestra región. Bienvenido siempre el esfuerzo supremo por alzar la voz, la palabra escrita, enunciando la búsqueda de la verdad como nos lo enseñaron los tres grandes varones de la previa generación, a los que tuve la bendición de conocer y tratar ampliamente, que tanto me enseñaron, que tanto nos siguen enseñando, los añorados inmortales de pluma magistral; Don Jesús Blancornelas, Don Julio Scherer García y Don Miguel Ángel Granados Chapa. Acepto gustoso esta flamante convocatoria, donde tratare de estar a la altura del reto, para seguir la ruta que nos trazaron estos gigantes de la sala de redacción, que dejaron escuela fundamental del periodismo para la posteridad. 

Gracias, eternas por leernos. N