Es muy fácil definir el término ‘pasión’: es una emoción más, como cientos de emociones que experimentamos día a día, pero para entender por qué es tan importante, debemos ir más allá; la pasión es el sentimiento vehemente hacia una persona, tema, idea u objeto. La pasión es la emoción intensa que engloba el entusiasmo o deseo por obtener (o vivir) algo.
Así es, estamos hablando del ingrediente esencial e indispensable para lograr éxito en la vida, en cualquier ámbito y cualquier tarea (por pequeña que sea). ¿Cómo? Pues ese sentimiento y emoción, genera energía; dicha energía se convierte en el combustible que activa nuestro motor y nos lleva a generar acción.
Sí, ¡sólo con la acción! Y vamos, no lo digo yo, aquí ya pisamos terrenos de la física. La acción es movimiento, y en la dirección correcta, nos acercará o llevará eventualmente a conseguir el resultado que buscamos, siempre y cuando, esa energía esté correctamente encaminada en dirección a nuestro objetivo. Lo dijo Newton: ‘a toda acción corresponde una reacción’.
No cabe duda que los mexicanos y los latinoamericanos somos apasionados de verdad. Creo que vivimos en un país y continente en el que, lo que sobra es pasión, pero lo único que falta es acción canalizada hacia un objetivo establecido y un plan bien estructurado. Claro, todos nos hacemos esa pregunta ¿quién nos dijo estas cosas cuando éramos niños? ¡Nadie! Y por eso estamos aquí, para descubrirlas juntos.
Paso uno, el más importante, necesitamos identificar en dónde está nuestra pasión, ¡y seguirla!. ¿Te has preguntado por qué te cuesta tanto ir a trabajar todos los días? Fácil, porque no te apasiona ese trabajo, no estás trabajando en tu elemento, en lo que te genera pasión. Estoy segura (y creo que tu coincides) que cuando algo nos apasiona, nos hace brincar de la cama antes de que suene el despertador y tenemos ese deseo vehemente (otra vez este término) de ya estar haciendo aquella tarea, ¡eso es pasión!
Nos hemos encontrado ya tres veces con la palabra ‘vehemente’. Sí, apréndetela muy bien, porque así justamente debe ser nuestra pasión por algo: vehemente, dejarnos llevar por los impulsos, ¡ojo! No por la víscera, no por el estómago, sino por los sentimientos. Dejemos de ser cuadrados y calcular cada paso.
Te pongo un ejemplo nítido ¿Has escuchado alguna vez a alguien que dice, ‘yo no le llamo trabajo’? Pues ahí tienes a una persona apasionada; el chef que crea nuevos platillos, el músico que compone, el médico que cura, el entrenador que esculpe físicos helénicos, el contador que hace el plan de gastos mensual, etc. Y te tengo buenas noticias, todos tenemos la capacidad de apasionarnos por lo que realmente queremos, y hacer lo que nos apasiona.
Y ¿cómo llegar a ese punto? A través de la observación de nuestro día a día. Tal vez estés en una actividad que no te apasiona (tranquilo, tranquila, no es el fin del mundo), pero resulta que en algún punto, llega tu momento favorito del día; ese instante en el que llevas a cabo la actividad que tanto te apasiona: escribir tu primera novela de ciencia ficción, darle una y otra vez a ese solo de batería, hacer algo de trading, o sentarte a ver tutoriales de restauración. Déjame decirte que, ahí es.
Pero, si suena tan fácil, ¿por qué no lo hacemos? Porque tanto es fácil hacerlo, cómo no hacerlo. Porque preferimos quedarnos en la zona de confort, con un sueldo que no es mucho, pero es seguro. Porque no nos creemos merecedores de cumplir nuestros sueños, y hacer lo que nos apasiona. Porque nos enseñaron desde niños que la vida es trabajo duro, no diversión. En tres palabras: porque no creemos.
Y en esta breve colaboración, mi único objetivo es decirte ¡hazlo! ¡atrévete! Ve por aquello que te apasiona; descubre si la energía que se deriva de esa pasión es positiva, si te lleva a evolucionar y a crecer (¡aguas! también hay pasiones mal encaminadas, ya hablaremos después de eso).
No tengas miedo de sentir emociones fuertes, por el contrario, atrévete a vivirla y a salir de la zona cómoda. Vive al máximo, vive con energía y apasiónate con este viaje increíble que es la vida!