La prognosis del turismo médico es alentadora para la región.
Este pronóstico médico se basa en la experiencia acumulada del sector desde hace varios años. En pleno proceso de mutación, lo que primero fue una actividad circunstancial, ya muestra síntomas de una industrialización que beneficiará su salud.
Al cierre de 2017 se espera una derrama económica para el turismo de salud superior a los 800 millones de dólares (mdd) en Baja California, de acuerdo con autoridades estatales.
Este sector se ha convertido desde hace muchos años en uno de los más importantes para el estado y por ese motivo fuertes inversiones se gestan en la frontera.
Tijuana tiene una ubicación única a nivel mundial que antes atraía a la gente por cuestiones geográficas, culturales y de costo. Pero hoy el sector médico ha identificado especializaciones que pueden agregar un valor a pacientes.
Frank Carrillo reconoció hace tiempo ese potencial y creó Sistemas Médicos Nacionales (Simnsa) del cual hoy es presidente.
“El sur de California como sabemos tiene una población de más de 20 millones de personas”, dice para esta entrevista.
Carrillo señala que los clientes que buscan este tipo de servicios en el país son, sobre todo, residentes de Estados Unidos avecindados cerca de la frontera e incluso pacientes de distintos países del mundo.
El grupo que encabeza, puso en marcha una inversión de 150 mdd para atender una demanda que empieza a crecer debido, entre otras cosas, al envejecimiento de la población.
Ve en la generación de losBaby Boomers (los nacidos entre 1946 y 1964) una oportunidad para que todos estos potenciales pacientes encuentren servicios de salud más económicos en Tijuana que en los Estados Unidos.
—¿Cómo atraerán a esos pacientes a Tijuana?
—Tenemos infraestructura y todos los recursos para ofrecerles este servicio de salud. Tenemos muchos médicos muy bien calificados, aunque también lo que nos hace falta todavía es aumentar esa infraestructura, contar con tecnología y es lo que yo estoy tratando de lograr. Tener una tecnología más adecuada y moderna. La demanda ahí está, es grandísima de pacientes que quieren recibir un servicio más accesible y económico, pero también más eficiente. Siempre y cuando lo sepamos controlar desde el punto de vista legal, por ejemplo con la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) es la institución que regulariza a esos médicos. Tienen que ser más activos en vigilar que los servicios de salud sean los indicados.

—¿Cuáles son los riesgos?
—Existe todavía en Tijuana lo que le llamamos charlatanería, médicos que no están calificados para hacer ciertos procedimientos y los están haciendo. Existe mucho eso en la cirugía plástica. Hubo un reportaje en San Diego donde un médico, que no era cirujano plástico, hizo una liposucción y el paciente falleció, este tipo de incidentes nos afectan de manera muy profunda a todos aquellos que estamos promoviendo el turismo médico en esta ciudad. Lo otro que nos hace falta es que el gobierno, el Ayuntamiento, el Estado y la Federación se involucren más en la urbanización de la ciudad y la seguridad. No nada más me refiero al tráfico sino a la limpieza, estacionamientos, que sea más amigable para el turista. Que la persona que viene de Los Ángeles, de Canadá que no habla español y que no está acostumbrada manejar en este tipo de ambientes de tráfico. Si los gobiernos nos apoyan, podemos llegar muy lejos. En New City, los Abadi también tienen una inversión mayor. Recientemente nos enteramos que alguien compró toda la plaza Viva Tijuana y vienen también con la finalidad de entrarle al turismo médico con otro hospital o un centro médico, no sé exactamente.
—¿Hacia dónde debe ir la inversión?
—Siempre hemos tenido lo que se conoce como turismo médico. La demanda ha sido progresiva a medida que la gente se da cuenta que tenemos los servicios necesarios. La infraestructura médica de Tijuana se está elevando también porque ya los hospitales de antes son más grandes. Otro factor de este crecimiento tiene que ver con los baby boomers que son todos aquellos que acaban de cumplir 65 años. Esas personas requieren más servicios de salud, entre más edad también avanzan las necesidades. El futuro del turismo médico tenemos que enfocarlo a personas de la tercera edad, casas de asistencia. Creo que ahí hay una oportunidad muy grande que no estamos aprovechando. Las personas de más de 65 años buscan un lugar dónde retirarse, dónde vivir con asistencia médica, que les den de comer, que los cuiden. Si logramos trabajar con el “Medicare”, que es un programa de seguros (estadounidense) para personas mayores de 65 años, que los veteranos del ejército puedan venir aquí a través de un programa de gobierno porque están muy saturados en Estados Unidos; eso nos daría un punto muy grande. Hay más de 1 millón de expatriados norteamericanos viviendo en México que requieren de ese seguro y no lo estamos teniendo. La necesidad existe pero el gobierno de Estados Unidos debe poner atención a esto y ojalá algún día tengamos un presidente norteamericano que tenga empatía por estas personas. Si algún día llegamos a conseguir ese no nada más vamos a tener 1 millón, tendremos 5 o 10 millones de personas y sería un punto en la economía de México, más que la maquiladora.

—¿Cuánto se ha invertido para potenciar al turismo médico en la región?
—Nosotros estamos invirtiendo 150 mdd, los de News City quizá otros 150 mínimo yo creo que son 500 millones de dólares de inversión o incluso puede ser más.
—¿En qué áreas médicas se debe poner más énfasis?
—En casi todas las áreas médicas se tiene que poner atención. La cirugía plástica, la bariátrica, los spa como Rancho La Puerta, odontología. Las clínicas dentales tienen muchísima demanda, pero nosotros aquí en Simnsa nos dedicamos a todo, casi no tenemos bariátrica o cosmética, pero sí toda el área de medicina general, porque tenemos un plan de salud en el que les tenemos que dar toda la atención hospitalaria y además consultas médicas, farmacia.
—¿Encuentran beneficios si modifican el sistema de salud estadounidense?
—Están por eliminar el que la gente deba tener un seguro médico allá. Eso nos va a beneficiar a nosotros porque entre más personas allá que no tengan seguro, van a buscar servicios de salud fuera a un costo más bajo. No importa que sea que en Estados Unidos con el “Obamacare” (Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible) o lo que sea, esto va para adelante y en crecimiento.
—¿Cuánto es más económico en Tijuana?
—Las primas que nosotros manejamos en el seguro son más o menos la mitad de lo que cobran los seguros en Estados Unidos por el mismo servicio y la misma protección. En odontología creo que es mucho más. La advertencia para los que vienen aquí a buscar un servicio de salud es que no se vayan solamente por el precio. Eso es un problema que tenemos en Tijuana, por buscar algo más económico entran en lugares que no están calificados o no están certificados para hacer esos procedimientos. Por ahorrarse dinero le sale mucho más costoso, ese fue el caso de esta mujer que acaba de fallecer, andaba buscando un precio más bajo y sí lo encontró pero en una clínica que no estaba certificada, un doctor que no estaba certificado para hacer ese procedimiento y las consecuencias pueden ser fatales. Ese es el riesgo más grande y más peligroso. Nosotros ya vigilamos, pero nada nos ganamos porque nosotros no podemos cerrar un establecimiento, podemos difundir la información a los usuarios y que no busquen esos servicios tan económicos porque pueden ser contraproducentes.
—¿Hay médicos suficientes para atender la demanda?
—Hay muchos médicos locales, que se crearon aquí, salen de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC). Andan entre 50% y 50% de médicos que vienen de otras partes de la República. Cuando ocurrió el temblor de 1985, hace 32 años, llegaron muchísimos médicos. Ya no pudieron ejercer en el centro del país. Tijuana siempre tenido la fama de que aquí hay mucho trabajo y de que esto va creciendo entonces cuando no encuentran trabajo en otras partes llegan aquí.