Los cerebros humanos son capaces de predecir el futuro

No necesitas invertir en una bola de cristal, tu cerebro ya puede ver el futuro, bueno… más o menos. Nuestros ojos se mueven más rápido de lo que nuestro cerebro es capaz de comprender; por lo tanto, con el fin de compensar este lapso y asegurarse de que nuestra visión sea estable y no dé saltos, nuestro cerebro “predice” lo que nuestros ojos verán a continuación. Ahora, por primera vez, científicos en Escocia han descifrado cómo exactamente llevamos a cabo esta proeza.

En el estudio, ahora publicado en línea en Scientific Reports, científicos de la Universidad de Glasgow en el Reino Unido usaron imágenes por resonancia magnética funcional (IRMf) e ilusiones ópticas para entender mejor lo que sucede en nuestro cerebro cuando vemos. Mientras que los ojos usualmente mandan información al cerebro sobre cómo se ve lo que está a nuestro alrededor, conocido como información prealimentada, este estudio se enfocó particularmente en información retroalimentada del cerebro, el proceso neurológico en el cual el cerebro manda información a los ojos.

Gracie Edwards, coautora del estudio y quien se especializa en neurociencia y psicología en la Universidad de Glasgow, explicó que el cerebro crea predicciones basadas en recuerdos de acciones similares. “La información prealimentada y retroalimentada interactúan una con la otra para producir la escena visual que percibimos cada día”, dijo Edwards.

Para su investigación, el equipo usó una IRMf para ver a 27 voluntarios con visión normal o corregida a la normalidad. La IRMf se enfocó en el córtex visual de los voluntarios, el área del cerebro involucrada en el procesamiento de la visión, mientras los voluntarios veían una ilusión óptica.

Para recrear una ilusión óptica, los investigadores hicieron que los voluntarios vieran dos cuadrados estáticos parpadeantes. Para el observador, parecía como si un cuadrado se moviera entre dos ubicaciones cuando, en realidad, eran solo dos cuadrados parpadeando por separado. A los voluntarios se les pidió que movieran sus ojos durante el parpadeo y las IRMf tomaron escaneos de los córtex visuales de sus cerebros cuando esto sucedía.

Los resultados mostraron a los investigadores exactamente lo que sucede durante la retroalimentación cerebral. Revelaron que, durante estos parpadeos, la retroalimentación del córtex visual se actualizó a una nueva coordenada predicha. Los escaneos de la IRMf también mostraron que el cerebro rápidamente ajusta las predicciones cada vez que se mueven los ojos.

Según comenta Lars Muckli, el investigador principal y quien se enfoca en neurociencias visuales y cognitivas en la Universidad de Glasgow, en un correo electrónico a Newsweek, estos hallazgos se suman a nuestro entendimiento general de la neurociencia y de la capacidad del cerebro para predecir actos futuros.

Los científicos ya sabían que el cerebro predice lo que los ojos verán a continuación. Nuestros ojos se mueven más rápido de lo que nuestro cerebro es capaz de comprender, lo cual normalmente provocaría un efecto de retraso o de arrastre cuando vemos objetos en movimiento, pero el cerebro compensa esto mediante predecir la siguiente posición con el fin de mantener fluida nuestra visión, reportóLive Science. Aun cuando este mecanismo fue notado con anterioridad, esta es la primera vez en que los investigadores fueron capaces de ver físicamente en acción este mecanismo.

Aun cuando el descubrimiento es excitante por cuenta propia, las posibles implicaciones para un mejor entendimiento de cómo el cerebro procesa la visión son de amplio alcance. Por ejemplo, Lars Muckli, el investigador principal del estudio, explicó que este hallazgo nos podría ayudar a crear formas mejores de inteligencia artificial inspirada en el cerebro.

Según Muckli, la inteligencia artificial ya usa un tipo de mecanismo prealimentado, tomando información y procesándola en la computadora principal, pero carece de un mecanismo predictivo prealimentado.

“La investigación en inteligencia artificial actualmente desarrolla nuevos algoritmos que incorporan mecanismos de retroalimentación aprendidos en la investigación de neurociencia”, explicó Muckli. “Estos desarrollos podrían dar grandes avances para que la inteligencia artificial se vuelva todavía más flexible”.

Solo porque podamos hacer algo, no significa que debamos hacerlo. El robot Sophia recientemente ha sido un éxito rotundo en internet, con sus respuestas ingeniosas y grandes aspiraciones, pero a algunos, incluido el multimillonario Elon Musk, les preocupa que darles demasiada inteligencia a estas computadoras podría ser el comienzo del fin de la humanidad.

Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek