Falta
un año para que concluya la administración de Miguel Márquez Márquez. Uno de
sus principales compromisos al inicio de su mandato fue reducir de manera
significativa la pobreza y elevar el nivel de vida de la ciudadanía en la
entidad. Así, a menos de 52 semanas de que termine el sexenio, cabe
preguntarse, ¿cuánto realmente se redujo la pobreza en esta administración?
En
el discurso oficial hay logros inconmensurables. Sin embargo, los fríos datos
del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social
(CONEVAL), muestran que entre los años 2012, en el cual inició la
administración de Márquez, y 2016, se tiene apenas una reducción de 2.1 puntos
porcentuales, los cuales, divididos en los cinco años de su administración,
equivalen a una reducción anual de 0.42 puntos porcentuales por año.
No
debe olvidarse que, en los dos primeros años de la presente administración, la
pobreza se había incrementado de 44.5% de la población a 46.6% entre los años
2012 y 2014. Mientras que entre ese último año y 2016 la reducción fue a 42.4%
de quienes habitan en la entidad.

En
números absolutos, los datos del CONEVAL indican que en el año 2010 había 2.7
millones de guanajuatenses en pobreza, que en 2012 la cifra se ubicó en 2.52
millones, en 2014 creció a 2.68 millones, mientras que en 2016 el dato fue de
2.48 millones de personas. De esta forma, en esta dimensión, lo que es cierto
es que durante la presente administración se ha logrado sacar de la pobreza a
únicamente 36,100 personas, esto es, la «impresionante» cifra de 7,220 personas
por año.
A
este ritmo, considerando que en el año 2016 había los ya señalados 2.48
millones de personas en pobreza, los guanajuatenses sólo tendríamos que esperar
343 años más para erradicar la pobreza en la entidad. Esa cantidad de años no
la tienen ni las personas pobres ni nadie, y resulta inaceptable seguir
pidiéndole más tiempo a quienes menos tienen.
EN ESPERA DE LA ETERNIDAD
El promedio de reducción del
número de personas en pobreza
de la presente administración en Guanajuato es de alrededor de 7,220. A ese
ritmo, tendrían que transcurrir 343 años para la erradicación de la pobreza

Lo
anterior debe ponerse también frente la paradoja de que, si bien la pobreza
extrema se redujo, en realidad, ante lo que estamos en el estado de Guanajuato
es un cambio de «estatus» de la condición de pobreza extrema a la de pobreza
moderada.
Véase
si no: en el año 2012, del total de pobres, 2.13 millones eran pobres moderados
y 391 mil eran pobres extremos. Para 2014 había 2.36 millones de pobres
moderados y 317 mil pobres extremos. Es decir, 74 mil personas dejaron de ser
pobres extremos, pero el número de pobres moderados creció en 230 mil, lo que
significa que algunos dejaron de estar en condiciones literalmente de hambre y
pasaron a condición de pobres «a secas».
Finalmente,
en el año 2016 la cifra total de pobres extremos fue de 257 mil, y la de pobres
moderados, de 2.23 millones. Por lo que el saldo final, respecto de 2012 es de
134,300 pobres extremos menos, pero de 98,100 pobres moderados más.
Por
donde se analice, la cuestión es grave: aún cuando al mes de diciembre de 2017
Guanajuato es ubicado por el INEGI como una de las entidades que más aportan al
PIB nacional, esa potencia económica no se está viendo reflejada en los
bolsillos de las personas.
Así,
mientras en el discurso oficial lo que preocupa es si el Halloween es dañino
para las tradiciones, el mensaje implícito para los pobres es que no hay
remedio y que las dos opciones que tienen es la de continuar migrando, con
todos los peligros que ello conlleva, o bien, esperar a que pasen tres siglos a
ver si en 10 o 20 generaciones sus descendientes tienen una mejor vida.